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Atenderan en Chicago a estudiantes en riesgo de violencia

Pondrán en marcha un plan de seguridad en las escuelas para identificar a estudiantes en peligro de cometer delitos o ser víctimas.
19 Oct 2009 – 08:37 AM EDT
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Alto a la violencia

CHICAGO, Illinois- La ciudad de Chicago pondrá en práctica a partir de noviembre próximo un nuevo plan de seguridad en las escuelas preparatorias que se concentra en mil 200 estudiantes identificados como violentos o probables víctimas de la violencia. La medida llega después de la muerte a golpes del estudiante afroamericano Derrion Albert, de 16 años, el pasado 24 de septiembre, al salir de clases de una escuela del sur de la ciudad.

La difusión del video de la agresión, grabado con un teléfono celular, causó un escándalo internacional y obligó al presidente Barack Obama a intervenir y enviar a funcionarios a Chicago para atender la situación de violencia estudiantil.

Los jóvenes fueron seleccionados a través de un procedimiento basado en la probabilidad, y a partir de elementos considerados de riesgo, como sus bajas calificaciones, inasistencia y una conducta inapropiada, según se expresa en el plan, el cual también tiene identificadas 38 escuelas con problemas de seguridad.

La nueva estrategia, en la que las autoridades escolares confían plenamente, costará al municipio 30 millones de dólares.

Esta consiste en la asignación de mentores de tiempo completo y empleo pagado para los estudiantes en mayor riesgo, además de vigilancia especial y facilidades para su atención en diferentes agencias de servicios sociales.

El plan es una iniciativa de Ron Huberman, un ex oficial de policía y actual director del departamento Escuelas Públicas de Chicago (CPS), quien sustituyó este año en el cargo al actual secretario de Educación, Arne Duncan.

El funcionario asegura que al menos cada tercer día habla con un padre que ha perdido un hijo por este tipo de violencia.

Para implementar el plan, Huberman designó analistas que estudiaron las características de todos los estudiantes de nivel medio que fueron víctimas de violencia con arma de fuego en los cinco años pasados, y encontró un predominio de varones afroamericanos, seguidos de hispanos.

Los jóvenes eran en su mayoría desamparados, estudiantes de educación especial, de escuelas alternativas, tendían a estar al menos dos créditos atrás de los requeridos para pasar su grado, registraban ausencias por más de 40 por ciento del año escolar y habían cometido alguna falta escolar seria por año.

De los estudiantes seleccionados para el plan, 200 alumnos tienen más de 20 por ciento de posibilidades de ser baleados y otros mil enfrentan entre 7.5 y 20 por ciento de probabilidades de correr la misma suerte, indica el diagnóstico, por lo que se centrará la atención en ellos para evitar una nueva desgracia.

Un reporte de CPS señala que de septiembre de 2008 a septiembre pasado se registraron cerca de las escuelas 429 balaceras y 50 estudiantes muertos. Sin embargo, de acuerdo con Huberman, los planteles son los lugares más seguros para los estudiantes, ya que ninguno de esos asesinatos ocurrió dentro de los mismos.

Sin embargo, los estudiantes no piensan lo mismo, "siempre existe el temor de que alguien logre pasar un arma", expresó Natalia Juárez, alumna de la preparatoria John Hancock.

La joven relató agresiones sufridas por su hermano en la escuela Hubbard High School antes de que sus padres los cambiaran con dificultad de plantel, ya que estaban obligados a inscribirse en la que correspondía a su vecindario.

"Mi hermano tenía temor de ir al baño, porque era territorio de los afros, donde vendían droga y agredían a quienes entraban. Supe también que las negras obligaban a las mujeres a entrar a sus pandillas o si no las golpeaban, y ningún maestro se daba cuenta", relató.

En tanto, la policía local encabezada por Jody Weis insiste en difundir como un logro la disminución en la cifra de estudiantes asesinados.

El más reciente reporte señala que hasta septiembre pasado los homicidios de jóvenes entre seis y 18 años bajaron 14.5 por ciento, con 47 muertes, respecto al mismo periodo de 2008, cuando ocurrieron 55 decesos en los primeros nueve meses del año.

Para los padres de familia esos informes sólo indican un fracaso de la policía y la ineficiencia de Weis en el cargo, "cuando anuncien un año escolar completo sin ninguna muerte y las calles limpias de pandilleros, entonces podremos estar tranquilos y reconocer su trabajo", dijo Janet Fuentes, madre de familia del vecindario La Villita.

Muchos lamentan que sólo la difusión mundial del video de la muerte del joven afroamericano haya hecho que Obama volteara a ver a Chicago, "como si no supiera que eso sucede frecuentemente,  ¡y tantos años que vivió aquí!".

"Ahora se mostraron preocupados él (Obama) y el alcalde, pero decenas de jóvenes mueren cada año por esta violencia y es increíble que no puedan frenarla", dijo Frank Méndez, transeúnte entrevistado en la calle 18.

Huberman ha reconocido que la política de "cero tolerancia" no ha funcionado para frenar la violencia estudiantil en esta ciudad, cuyas escuelas integran el tercer sistema escolar más grande del país, y considera que se requieren mayores recursos para contratar más trabajadores sociales y consejeros.

El 7 de octubre pasado, durante su visita a Chicago, el Fiscal General Eric Holder y el secretario de Educación Arne Duncan, anunciaron una serie de apoyos económicos para reforzar la prevención de la violencia en las escuelas de esta ciudad, entre los que se encuentran 13 millones de dólares para contratar 50 nuevos oficiales de policía.

Enviados por el presidente Obama, Holder y Duncan entregaron 500 mil dólares a la escuela Fenger, donde estudiaba el joven asesinado a golpes, "para ayudar a restaurar el ambiente de aprendizaje", y escucharon a los estudiantes, quienes les pidieron que designaran más adultos que los apoyaran en la dirección de sus vidas.

El nuevo plan contra la violencia incluye también una evaluación cuatro veces al año de todos los estudiantes de escuelas elementales y preparatorias, a fin de detectar nuevos casos de jóvenes en riesgo de caer en actos violentos, con particular atención en 38 planteles que tienen problemas de seguridad.

Para estas escuelas se contemplan encuentros de sus directores con sus homólogos, que reportan altos grados de seguridad en sus planteles escolares, con quienes desarrollarán programas especiales.

Todas las escuelas tendrán grados de evaluación para que los padres puedan distinguir a las más seguras, y se incrementarán los requisitos para los profesores y protectores de seguridad.

Además de este plan, Chicago tiene previsto para este año escolar un despliegue de recursos policiales a la hora de la salida en escuelas problemáticas, con 44 vigilantes oficiales más, dentro del programa "Estudiante Seguro".

También tiene planeado colocar agentes en rutas de transporte público, cuando los estudiantes lo utilizan, así como programas para después de la escuela y los sábados.

Pese a los anuncios, los estudiantes no logran sentirse seguros, "lo que más miedo me da es que algún día me encuentre en medio de una balacera de pandilleros", lo que es frecuente.

No entiendo cómo es que a ellos no los pueden atrapar, ni siquiera son estudiantes, están afuera de las escuelas, en las calles, a cualquier hora y son más peligrosos", dijo Karina García, de la escuela Hancock.

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