La receta utilizada por Donald Trump para supuestamente traer de vuelta a las manufactureras a Estados Unidos tiene sus orígenes en el siglo XIX, por lo que no podrá resolver los problemas que enfrentan los ciudadanos en pleno siglo XXI, alerta un historiador.

El mandatario estuvo jugando golfo por segundo día consecutivo luego del caos e incertidumbre que causó en las bolsas del mundo sus aranceles a socios comerciales de Estados Unidos. Al mismo tiempo, lanzó un mensaje pidiendo a la población "aguantar" en medio de los temores de la recesión que sus medidas podrían ocasionar.

El hecho de que México se libró de la aplicación de aranceles “recíprocos” abre la puerta a que el país latinoamericano se coloque como una opción menos mala para inversionistas que busquen sitios con una menor carga arancelaria y con una mano de obra barata, de acuerdo con analistas.

Kenneth Smith Ramos dijo que aunque las importaciones de México y Canadá se libraron de la imposición de aranceles “recíprocos”, la “confianza” de los socios de Estados Unidos se ha “erosionado” por los aranceles impuestos a los productos mexicanos y canadienses no cubiertos por el tratado.

Un arancel "de base" del 10% entró en vigor pasada la medianoche, afectando a la mayoría de las importaciones estadounidenses, excepto los bienes de México y Canadá. Y a partir del 9 de abril, alrededor de 60 socios comerciales, entre ellos la Unión Europea, Japón y China, se enfrentarán a tasas aún más altas adaptadas a cada economía.

Al anuncio de los aranceles “recíprocos” del presidente estadounidense le siguió una tormenta financiera en Wall Street, en la que los principales indicadores sufrieron una de sus mayores caídas desde el colapso bursátil ocasionado en 2020 por el covid-19.