El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo este lunes que espera desplegar en la frontera con México más de 1,000 efectivos de la Guardia Nacional, cuatro veces más que la cifra anunciada inicialmente. Por su parte, el gobernador de Arizona también duplicó la cifra de guardias nacionales desplegados en la zona fronteriza, hasta 225.

Pese a que organizadores han anunciado que la movilización terminará en Ciudad de México, participantes manifiestan que continuarán la travesía más allá de la frontera con Estados Unidos. La caravana en la que permanecen unas 600 personas, entre estas 190 niños, sigue en el estado de Puebla con el fin de recibir talleres sobre asilo e información acerca de las consecuencias que implica cruzar.

Los soldados armados, quienes realizan tareas de observación y seguridad, son los primeros miembros de la fuerza militar en función durante las últimas horas en el estado. La general Tracy Norris, máxima autoridad de la Guardia Nacional en Texas, dijo que para el lunes se habrán desplegado 250 más y que algunos estarán armados de acuerdo con la misión para defensa propia.

Los estados anunciaron el despliegue de los soldados después que el presidente Donald Trump ordenó al Pentágono coordinar el envío de la Guardia Nacional. El mandatario también contempla el uso de instalaciones militares que le permitan aumentar su capacidad para detener a inmigrantes.

Rodrigo Abeja, miembro de la organización Pueblos sin Fronteras, manifestó que migrantes centroamericanos en la movilización buscarán amparo en México y otros irán a Estados Unidos. El vocero agregó que las declaraciones del presidente Donald Trump sobre violaciones a mujeres durante la caravana son una enorme mentira para desprestigiar.

La caravana de migrantes centroamericanos que provocó la ira del presidente Donald Trump llegó al estado de Puebla, donde miembros asisten a talleres para conocer las posibilidades que tienen de solicitar refugio en México o hacer uso de visas humanitarias. Su última parada será Ciudad de México, lugar en el que marcharán hasta la basílica de Guadalupe a fin de pedir por quienes intentarán cruzar la frontera con Estados Unidos, pese a la presencia de la Guardia Nacional.