El joven candidato Nayib Bukele ganó las elecciones del pasado domingo y confirmó el favoritismo que tenía sobre sus tres contrincantes en las encuestas. La toma de posesión será el próximo 1 de junio.

El presidente electo de El Salvador se enfrenta a una de las naciones más subdesarrolladas, endeudadas y violentas del hemisferio. Tendrá que liderar en medio del escepticismo de algunos y una Asamblea Legislativa controlada por los partidos tradicionales. Estos son parte de los obstáculos que le esperan en el poder.

Según el Tribunal Supremo Electoral y con el 98% de los votos contados, el empresario y político del partido Gana es declarado vencedor de la jornada electoral y ahora deberá centrar sus esfuerzos por lograr un cambio en el país centroamericano donde sus habitantes piden más oportunidades laborales y un punto final a la violencia.

El candidato del partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) se convirtió en el nuevo presidente de El Salvador con casi el 54% de los votos.

“El Salvador ha pasado la página de la posguerra”, dijo el presidente electo, Nayib Bukele, que obtuvo el 53% de los votos en unas elecciones en la que la población castigó a los partidos tradicionales. De origen árabe-palestino, el político de 37 años fue alcalde de San Salvador con el izquierdista FMLN. Este domingo ganó la Presidencia con la coalición derechista GANA, después de que no pudiera presentarse con su partido y le cancelaran las siglas de otro.

El Tribunal Supremo Electoral confirmó la victoria del candidato del partido Gana. Bukele agradeció a los votantes por su confianza y reafirmó sus intenciones para enfrentar las necesidades del país.