Duele ver a una mujer que es madre y tiene un empleo fuera de casa referirse con palabras que intentan poner como inferiores a aquellas madres que, por elección o situación momentánea, son "solo" amas de casa.

Confieso que pasé por una horrible tristeza después de mi primer parto. El mismo día en el que mi hijo nació yo estaba eufórica, contenta, parecía que las endorfinas me tenían en un éxtasis continuo, pero la tristeza llegó un poco después. Pasaron varios días y no tenía ganas de dormir, ni de comer, ni de ver a nadie... todo parecía oscuro y tenebroso, solo fueron siete días pero ese sentimiento no se lo deseo a nadie.

Mis tres hijos nacieron por cesárea, por lo que no sé cómo es dar a luz. Pasar por una cirugía nunca es algo agradable, y cuando se trata de una cesárea el hecho conlleva emociones añadidas muy diferentes a las que pueden sentirse cuando tiene lugar una operación por recomendación médica debido por ejemplo a una enfermedad. Te contaré mi experiencia personal, pero lejos de querer transmitirte temores, quiero que puedas ver lo mismo que yo: los hijos son felicidad y el impulso para seguir adelante en la vida.

Ser mamá de un bebé que duerme poco y además ser mujer que trabaja fuera de casa no es tarea fácil, pero no es imposible. Dicen que el cuerpo se acostumbra a dormir poco, pero el estar siempre cansada no es lo mejor cuando se es madre. El cansancio genera irritabilidad, y junto con él llegan el estrés y la ansiedad, todos contraproducentes para enfrentar la responsabilidad de una madre.

La maternidad es algo que sin duda alguna nos marca y nos cambia de por vida. Son 9 meses de espera lo que nos separa y a la vez une a nuestro bebé.

Puedes luchar contra tu nueva figura de mamá o unirte a ella, aceptándote tal y como estás. ¿Te has puesto a pensar cuántos buenos motivos tienes para apreciar tu cuerpo de mamá, y que todo lo que hoy eres es gracias a que la vida te ha dado la oportunidad única de traer un niño al mundo? A veces se nos olvida lo afortunadas que somos…