Mis tres hijos nacieron por cesárea, por lo que no sé cómo es dar a luz. Pasar por una cirugía nunca es algo agradable, y cuando se trata de una cesárea el hecho conlleva emociones añadidas muy diferentes a las que pueden sentirse cuando tiene lugar una operación por recomendación médica debido por ejemplo a una enfermedad. Te contaré mi experiencia personal, pero lejos de querer transmitirte temores, quiero que puedas ver lo mismo que yo: los hijos son felicidad y el impulso para seguir adelante en la vida.
Cómo sobreviví a tres cesáreas


Mi primera cesárea
Mi primer cesárea fue a la temprana edad de 16 años, por supuesto no quería que me la practicaran, pero tuve la desgracia de caer en manos de un médico que no hace honor a su profesión y me alertó al respecto de una serie de riesgos que correría tanto yo como mi bebé si tenía un parto normal.
Luego descubrí que las supuestas complicaciones no existían y que casualmente el día que me practicaron cesárea habían otras 10 programadas, y que luego el médico salía de vacaciones. A todo esto, el motivo no era otro más que dinero y por supuesto el evitar complicaciones durante sus vacaciones, ya que se trataba de una clínica de pago.
La historia es muy larga, hasta el día de hoy desconozco qué sucedió en el quirófano, solo sé que me desperté 8 horas después de haber nacido mi hijo y que no tenía fuerzas para caminar ni sostenerlo. Nadie me dio explicaciones (aunque las pedí).
Mi recuperación tomo casi 6 meses, en los que me inyectaron hierro cada día.
Mi segunda cesárea
El segundo embarazo fue diferente, me atendió un médico con todas las letras y me permitió esperar hasta el último momento para decidir hacerme una cesárea porque no tenía suficiente dilatación. El problema era que al haber solo una diferencia de 1 año y 5 meses entre una operación y otra, corría el riesgo de desgarrarme así es que me practicaron otra cesárea.
La diferencia fue tal que a la hora de haberme anestesiado yo estaba despierta y quería levantarme de la cama, algo que por supuesto no me permitieron.
Mi tercera cesárea
Con la tercer cesárea, luego de 14 años desde mi anterior embarazo, no me permitieron elegir. Tenía diabetes gestacional y los médicos no quisieron correr riesgos debido a que ya había pasado por dos cesáreas anteriores.

Las emociones derivadas de un parto por cesárea
Como dije al principio, las emociones juegan un papel muy importante en una cesárea. Mis hijos no nacieron de forma natural y eso me lo llevo conmigo. El haber tenido a mis tres hijos por cesárea me hace pensar que en realidad no sé lo que significa dar a luz, no sé lo que es tener a un hijo recién nacido en brazos o sobre el pecho. Siempre he estado dormida a excepción de la última vez que me dieron anestesia epidural.
El haber sobrevivido a tres cesáreas creo que tiene mucho que ver con lo que pretendo de la vida para mí y mis hijos. Con cada embarazo aumenté 25 kilos y luego no me resultó nada fácil bajarlos. Busqué métodos, y disciplinas, leí mucho material de auto-ayuda y realicé varios cursos de superación personal para aprender a cuidarme y a valorarme, entre otras cosas, pero no creas que tenía el tiempo y el dinero para hacerlo.
Gracias a internet muchas veces pude aprender al lado de mis hijos o mientras estos dormían. Pedí becas para hacer cursos que me interesaban y he sido perseverante hasta el día de hoy.
El camino del embarazo y dar a luz a un nuevo ser no está lleno de rosas, pero vale la pena. Para mí, 3 cesáreas significan 3 hijos que me llenan de amor, de felicidad y de ganas de continuar hacia adelante.

