La extrema violencia con la que opera esta organización criminal desde sus inicios le ha permitido extender sus tentáculos en zonas claves de México para el narcotráfico: zonas fértiles, ciudades importantes, puertos y accesos fronterizos a Estados Unidos. A través de un efectivo esquema de distribución de droga y lavado de dinero ha amasado una fortuna.

El fiscal general, Jeff Sessions, anunció una serie de medidas contra el cartel mexicano de mayor crecimiento, el Jalisco Nueva Generación. Su nueva estrategia inició con la presentación de 15 acusaciones contra sus líderes y operadores, así como una suma millonaria para quien ofrezca pistas que lleven al arresto de su fundador, Nemesio Oseguera Cervantes.

Esta célula liderada por Omar Rangel hacía pedidos directos a narcos en Sinaloa y ocultaba los cargamentos en varias casas clandestinas operadas en los condados de Los Ángeles y Ventura, donde encontraron varias libras de narcóticos, armas y miles de dólares en efectivo. Se trata del operativo más grande contra el cartel de ‘El Chapo’ Guzmán en Ventura.

Detrás de esta mujer guapa que gastaba miles de dólares en zapatos y ropa en Las Vegas se ocultaba una asociada del Cártel de Juárez que colaboró en el transporte de varios kilos de cocaína hacia distintas ciudades de EEUU. También la han vinculado sentimentalmente con el capo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.

Esta es la primera vez que se debilita a una organización de narcotraficantes en distintos niveles, desde proveedores en Colombia, pasando por inversionistas y coordinadores de transporte en México y finalmente operadores que ocultaban y distribuían las drogas en este país.

En la ciudad mexicana fronteriza son cotidianas escenas con cadáveres perforados por las balas, mutilados, quemados o colgados de los puentes; pero esa violencia relacionada con el narco no ha cruzado la frontera. Le preguntamos la razón a un funcionario de la DEA, expertos en narcotráfico y un expandillero de la MS-13.