Las autoridades se vieron obligadas a sumergirse al lago para poder rescatar al pequeño Anthony Pérez, quien murió mientras era trasladado a un hospital cercano.

Por cuatro años, Julián ha combatido uno de los cánceres más agresivos conocido como DIPG, un tumor que crece en la base del cerebro y del que menos del 1% de pacientes se logra salvar. La única esperanza de la familia es un tratamiento que les ofrecieron en Monterrey, México, donde otros niños con el mismo diagnostico se han recuperado.

Un grupo de estudiantes latinos de esta escuela apoya a artesanos nicaragüenses y guatemaltecos vendiendo pulseras y bolsas. Cada pulsera tiene el nombre del artesano que la tejió y cuestan entre 5 y 10 dólares. El dinero recaudado es para que estos artesanos puedan salir adelante en su país. En 2017 los alumnos vendieron más de 500 pulseras durante el año escolar.

Según la denuncia, un hombre sujetó a la menor por la parte de atrás para luego meterla a la fuerza en un auto. La niña logró escapar del automóvil y huir a la casa de una amiga donde dio aviso a las autoridades. Describen al sospechoso como un sujeto interracial de seis pies de estatura.

Pese a que los buzos realizaron las labores de rescate y las unidades de emergencia trataron de resucitarlo, el menor de 11 años de edad, que cayó en las aguas congeladas del lago, no logró salvarse. Las autoridades le piden a los padres advertir a los menores de edad de estos peligros.

El plan de ventas implementado por la pequeña de 9 años ha desatado un debate en las redes sociales entre aquellos que aplauden su ingenio y otros que critican su cercanía a un establecimiento donde se ofrece droga. La organización Girl Scouts USA ha explicado que la niña "técnicamente" no rompió las reglas.