En 2017 el presidente Donald Trump declaró la epidemia de los opiáceos como una emergencia de salud pública. Rodrigo García, quien pudo sobrevivir al abuso de estas sustancias, ahora es el encargado de ayudar a personas que, como él cayeron, en la desgracia de la drogadicción. Su historia de vida se ha convertido en su principal herramienta para ayudar a quienes se encuentran sumergidos en la epidemia de los opiáceos.

El artefacto volaba sobre un vecindario de Riverside para entregar narcóticos sin ser detectado por las autoridades. Pero, tras un operativo, se logró detener a una pareja, droga y parafernalia como metanfetamina, caramelos mezclados con LSD y un bolígrafo con marihuana.

La Proposición 64, que entra en vigor en enero del 2018, establece que los mayores de 21 años puedan poseer hasta 28.5 gramos y solo podrán comprarlos en tiendas especializadas y con licencia. El Departamento de Regulación del Cannabis de Los Ángeles estudia medidas para controlar la comercialización.

En medio de una conferencia de prensa, se anunció la captura de 18 personas vinculadas con esta red y la incautación de armas y municiones. Además, por medio de ese grupo de Facebook se promovía la violencia en Chicago.

La demanda se da contra compañías que producen medicamentos que contienen opioides y podrían generar una adicción entre los consumidores que los podría llevar a la muerte.

La cifra –63,600 fallecimientos– supera al promedio de personas que fallecen de cáncer de seno cada año, e incluso que el total de soldados que perdieron la vida en la Guerra de Vietnam. 75% de ellas se atribuye a opioides y por primera vez los que ocasionan más muertes son los sintéticos como el fentanilo.