Las sesiones se producirán en medio de la indagación criminal anunciada por el fiscal general William Barr sobre el origen del llamado ‘Rusiagate’. Y mientras sube la tensión, se sabe que a mediados del mes próximo las audiencias podrían ser públicas.

La investigación permitiría que se nombre un gran jurado que emita citaciones y formule cargos federales, lo cual genera temores de que el presidente y sus aliados se sirvan de la autoridad del gobierno con fines personales para perseguir a sus contrincantes políticos.

Mientras los demócratas avanzan con su plan sobre el ‘impeachment’ a pesar de las quejas de los republicanos, Volodymyr Zelensky ya había confesado el temor de verse involucrado en la política de EEUU antes de recibir la polémica llamada de Trump por la investigación a Biden, según versiones de prensa.

El mandatario aseguró que "este resultado se da únicamente gracias a las acciones de EEUU", pero Turquía y Rusia hicieron un pacto para crear una zona segura y expulsar a militantes kurdos de la región fronteriza, dejando al gobierno ruso a cargo de territorio que controlaban los kurdos, quienes eran aliados de EEUU y ayudaron a combatir al autodenominado grupo Estado Islámico.

Estados Unidos había impuesto sanciones a Turquía el pasado 14 de octubre como un intento por detener la ofensiva de ese país en el norte de Siria, donde se encontraban fuerzas kurdas que fueron clave en la lucha contra el Estado Islámico.

En su testimonio en la Cámara de Representantes, el embajador William Taylor confirmó que el presidente presionó a Ucrania para abrir una investigación sobre los Biden y las elecciones de 2016. La Casa Blanca califica dicho testimonio como un “triple rumor”.