Milicianos se retiran de la embajada de Estados Unidos en Irak, pero persiste la tensión diplomática

Luego de dos días de asaltar y asediar la sede de la legación de EEUU en Bagdad los manifestantes pro Irán se marcharon del sitio, pero todavía permanecen las tensiones bilaterales.

Video EEUU anuncia el envío de fuerzas adicionales para reforzar la seguridad de su embajada en Bagdad

Los milicianos apoyados por Irán se retiraron este miércoles del complejo de la embajada estadounidense en Bagdad después de dos días de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, pero las tensiones entre Washington y Teherán seguían siendo altas y podrían desembocar en más violencia.

La retirada se produjo tras los llamamientos del gobierno y de los principales líderes de las milicias. Con ello terminó una crisis de dos días marcada por la brecha de seguridad en la mayor y más fortificada de las misiones diplomáticas estadounidenses en el mundo. El ataque provocó que el Pentágono enviara cientos de soldados adicionales al Medio Oriente.

PUBLICIDAD

El Hashd al Shaabi, una coalición de grupos paramilitares proiraníes en Irak, ordenó a sus partidarios retirarse de los alrededores de la legación estadounidense en Bagdad, aunque una de sus facciones más radicales se resistía a abandonar el lugar.

Sin embargo, al cabo de unas horas, los manifestantes se dirigieron hacia la salida de la altamente protegida Zona Verde, donde se encuentra la sede diplomática, y desfilaron al grito de "los hemos quemado".

Los combatientes transportaban las barras de hierro y las lonas de las tiendas que habían instalado el martes para la sentada, la cual dijeron en ese momento que sería ilimitada.

Otro miliciano citado por la AP dijo: "Hicimos que Estados Unidos cayera de bruces en la tierra".


La embajada, ubicada a orillas del Río Tigris en un distrito gubernamental conocido como Zona Verde, es la misión diplomática de la Casa Blanca más grande del mundo y una de las más protegidas.

La mañana del miércoles las fuerzas de seguridad que custodian el complejo emplearon gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que se congregaron frente al exterior del complejo por segundo día consecutivo para portestar por el bombardeo a bases de una milicia proiraní el pasado domingo.

Los manifestantes habían acampado la noche del 31 de diciembre a las puertas de la legación diplomática en la capital iraquí, un día después de entrar por la fuerza al complejo, destrozando una zona de recepción y vidrios antes de retirarse. No se reportaron heridos desde el inicio de las protestas.

Los milicianos protestan por los letales ataques aéreos de Washington contra una milicia respaldada por Irán, que mataron a 25 combatientes durante el fin de semana. Esa operación respondía a un ataque con cohetes contra una base militar iraquí en el que murió un contratista estadounidense.

El presidente Donald Trump culpó el martes a Irán del ataque a la embajada y el secretario de Defensa, Mark Esper, anunció el despliegue inmediato de un batallón de infantería con unos 750 soldados de la 82da División Aerotransportada de Fort Bragg, en Carolina del Norte, a Oriente Medio. No reveló el destino de los refuerzos, pero un funcionario estadounidense familiarizado con la decisión dijo que irán a Kuwait.

PUBLICIDAD

Irán negó cualquier implicación con los incidentes en el complejo diplomático. El vocero del Ministerio de Exteriores, Abbas Mousavi, advirtió a Washington de que cualquier “error de cálculo” podría empeorar la situación, según fue citado por medios estatales.

La demostración de fuerza del grupo Hashd al Shaabi hizo resurgir el fantasma de dos episodios traumáticos en las embajadas de Estados Unidos, uno en Teherán en 1979 y otro en Bengasi, Libia, en 2012.

Los responsables de la milicia pro-Irán intentan reunir firmas en el Parlamento para denunciar el acuerdo de cooperación entre EEUU e Irán, por el que hay 5,200 soldados estadounidenses en suelo iraquí.