El cambio climático está amenazando importantes ciudades del país. Científicos de todo el planeta ya han establecido que si no hacemos nada para reducir la quema de combustibles fósiles hacia el año 2100, el planeta se enfrentará a una subida del nivel del mar entre 4.3 y 9.9 metros, es decir, entre 170 y 390 pulgadas. Algunos pronósticos son más fatalistas que otros, pero lo cierto es que NASA, NOAA e institutos de investigación alrededor del mundo coinciden en que el aumento en el nivel del mar haría desaparecer algunos lugares para el final de este siglo. Estas son las ciudades de más de 100,000 habitantes que son más vulnerables al fenómeno y en las cuales se hace más urgente la necesidad de tomar acciones de prevención de desastres.

Con la meta de lograr hacer más con menos complejidad, desperdicio y costos, estos expertos crearon una opción tecnológica que aspira a proveer de estructuras más accesibles y ecológicas, favoreciendo a los más necesitados y al medio ambiente.

Este concepto que será presentado en el Auto Show de Frankfurt, en septiembre próximo, es un abrebocas de lo que Smart es capaz de hacer en materia de movilidad urbana limpia y autónoma.

El aumento de las temperaturas causadas por el cambio climático está multiplicando las noches cálidas en todo el país. Según un estudio, además de las implicaciones ambientales de este cambio, también hay una consecuencia menos conocida que es la interrupción del sueño debido al calor. El análisis publicado en la revista Science Advances sugiere que un aumento de temperatura de 1.8 grados Fahrenheit causa tres malas noches de sueño por cada 100 personas al mes. Eso significa que en Estados Unidos la cantidad de personas con noches sin dormir al mes asciende a 9 millones. Por año, la cifra se acerca a los las 110 millones de noches sin dormir.

Ya sea que quieras ensuciarte las manos o no, una nueva iniciativa pretende reforestar un área equivalente al estado de Kentucky para mitigar las emisiones de CO2 que se generan en EEUU. Aquí te contamos porqué se lo dedican al presidente Trump.

A pesar de que los expertos repitieron una y otra vez la posibilidad de un desastre como Harvey, los políticos siguieron promoviendo desarrollos en zonas inundables y los residentes, mudándonse a esos terrenos. La razón está, en parte, en la psicología humana, que tiene serios problemas para reconocer este tipo de riesgos.