Sabemos que el ejercicio físico es un aspecto fundamental de una vida saludable. Ya sea en el gimnasio, en una clase de yoga, en una de zumba o incluso en nuestro propio hogar podemos llevar adelante una rutina de entrenamiento que nos ayude nos solo a mantener o lograr el peso que deseamos sino también a generar un bienestar emocional.

¿Es posible enseñarles valores a nuestros hijos? Y, si lo es, ¿cómo se hace? Algunos psicólogos afirman que es imposible. Otros aseguran que la escuela es el lugar en el que se adquieren; pero lo cierto es que, muchas veces, este tipo de educación llega demasiado tarde o resulta aislada del resto de la vida del niño.

De seguro has escuchado nombrar alguna vez la dieta alcalina. Sin embargo, no todos conocen exactamente qué significa alcalinizar el cuerpo. Pues resulta que consumir comidas y bebidas demasiado ácidas (el espectro opuesto al alcalino) fomenta la inflamación y debilita el sistema inmunológico.

A menos que tengamos una voluntad de hierro, los cambios drásticos no siempre son los más indicados si buscamos perder peso. Esa es la razón por la que no funcionan las dietas sumamente restrictivas o las rutinas de ejercicio demasiado exigentes.

Las personas extrovertidas disfrutan de las actividades en equipo y en general también de las que implican competencias. Por otra parte, las personas introvertidas suelen ser más reservadas que el resto, aprecian mucho el tiempo a solas y se entienden bien consigo mismas.

Imagina que vas a una entrevista de trabajo, al de recursos humanos le agrada tu perfil y te comenta los beneficios que tendrías como trabajador en la empresa: trabajar máximo 40 horas a la semana, 100 dólares al mes para masajes, la posibilidad de tomarte un rato sabático cada tres años y 5 mil dólares al año para salir de vacaciones.