Perder kilos se reduce a una fórmula que suena muy sencilla: quemar más calorías de las que ingieres, comer menos y moverte más. Pero cualquiera que haya intentado reducir las calorías e incrementar la cantidad de ejercicio en un esfuerzo por bajar de peso, sabe que es mucho más difícil de lo que parece.

"Comer menos y hacer más ejercicio". Estas premisas son frecuentemente promocionadas como las claves para adelgazar. Sin embargo, si fuera así de simple habría mucha más gente de cuerpos esbeltos y saludables. La verdad es que bajar de peso es un asunto un poco más complejo y abarca una mayor multiplicidad de factores.

Las propiedades del té negro y del té verde son bien conocidas, pero, ¿qué hay de las del té blanco? Esta es, con certeza, una de las variedades de té más beneficiosas que existen. Para empezar, el té blanco es el que conserva las mayores cantidades de nutrientes –dado que su procesamiento es mínimo–. Asimismo, por su riqueza antioxidante, fortalece el sistema inmune, retrasa el envejecimiento y previene varios tipos de cáncer. Pero, esto no es todo: el té blanco también ayuda a adelgazar. Pero, ¿cómo?

A la hora de adelgazar, los alimentos sólidos suelen acaparar nuestra atención. Pero, ¿y los líquidos qué? El hecho de que no debamos masticarlos no los exime de ser verdaderas bombas calóricas. De hecho, hay bebidas que aportan muchas más calorías que un brownie. ¿Quieres conocerlas?

Adelgazar es un desafío, pero no te confundas: no tiene que ser una tortura. De hecho, esta necesidad te puede sacar de lo conocido y llevarte a explorar muchas otras posibilidades gastronómicas como el jengibre y el limón. Y es que esta ha probado ser una de las mezclas más perfectas para bajar de peso.

Si estás haciendo dieta, seguramente has escuchado la expresión "comida trampa" o "cheat meal" en inglés. Esta es una manera de darle a tu cuerpo un respiro de la dieta, sin muchas consecuencias. Pero esta comida se puede volver una tortura y preocupación para los "entregados" a las dietas.