Nicolás Maduro

A un año de haberse mantenido en el poder tras unas elecciones presidenciales calificadas de fraude por la oposición y no reconocidas por 60 países, el gobernante Nicolás Maduro dio a conocer la medida como supuesta salida a la crisis que vive Venezuela. Por otro lado, la Asamblea Constituyente chavista, paralela a la Asamblea Nacional, anunció la extensión de su mandato hasta el 31 de diciembre de 2020.

Mientras Nicolás Maduro celebraba la idea de dialogar con la oposición, el presidente interino considera falsa la intención del régimen de lograr un acuerdo para superar la crisis del país con la intervención de Noruega.

El nuevo ministro consejero de la embajada de Venezuela en Washington, y quien fue designado por el presidente interino Juan Guaidó, se refirió a la "mediación" de Noruega para ayudar con la crisis que atraviesa el país latinoamericano y aclaró que no hay ningún tipo de negociación. Marcano aseguró que las metas impulsadas de Guaidó y su equipo siguen siendo el "cese a la usurpación", un gobierno de transición y elecciones libres.

Esta semana, el embajador de Venezuela en Estados Unidos Carlos Vecchio envió la misiva al organismo y se espera que haya una reunión al respecto este lunes. Gustavo Marcano, ministro consejero de la embajada venezolana en Washington, explica que el presidente interino está invocando la colaboración internacional con el objetivo de proteger a los ciudadanos que son víctimas del "narco-régimen" de Maduro.

A pesar de ser un país productor de petróleo, cientos de personas hacen largas filas para poder abastecerse de gasolina en varias localidades venezolanas. Los afectados aseguran que esperan horas para poder conseguir un poco de combustible.

Varios de los afectados no reciben sus tratamientos completos ya que los cortes de energía afectan el funcionamiento de las máquinas de diálisis. Los centros médicos hacen lo que pueden por sus pacientes, pero la falta de insumos tampoco permite que presten un buen servicio. Esta situación tiende a empeorar y más de 16,000 personas con afecciones renales están en riesgo de morir.