José, un joven centroamericano que emigró solo cuando todavía era un niño, relata las anécdotas de un recorrido que duró cinco años: fue cargador de camiones en Chiapas, se accidentó en Sonora, durmió a la intemperie en Tijuana y estuvo un mes en un centro de detención para menores en San Diego. Ahora estudia y trabaja en Los Ángeles, donde sueña con ser un mecánico automotriz y ayudar a su familia que se quedó atrás.

La amenaza del mandatario se dio a través de un tuit en el que recordó un incidente acerca de dos soldados mexicanos que habrían apuntado con sus armas a uniformados estadounidenses. El hecho, ocurrido el 13 de abril, sería producto de una confusión en la que los militares hispanos creyeron que estaban invadiendo territorio mexicano. La Secretaría de Relaciones Exteriores del país azteca calificó este miércoles el suceso como algo “sin consecuencias”.

Un informe de la organización Rand asegura que los coyotes tienen que pagar impuestos a los cárteles y que en ocasiones éstos usan a los migrantes para atraer la atención de la Patrulla Fronteriza y poder pasar droga por donde no están los agentes.

El menor fue encontrado por agentes fronterizos de la estación de Fort Brown, en la ciudad de Brownsville, quienes notaron que el menor era tan pequeño que no hablaba bien para poderse comunicar, pero tenía su nombre y números de teléfono anotados en los zapatos. Hasta el momento las autoridades no han podido localizar a sus familiares.

Los efectivos mexicanos retiraron momentáneamente la pistola a uno de los militares estadounidenses. El incidente ocurrió el 12 de abril en un punto de la frontera del lado de Texas.

La conclusión se obtuvo tras la revisión de documentos oficiales. Pero el Centro de Información y Acceso de Registros Transaccionales (TRAC) advierte que el gobierno de Trump "sigue volando a ciegas" y las agencias del DHS no tienen la información que necesitan y no pueden manejar la crisis de manera efectiva.