Mientras nos encargamos de las innumerables tareas del trabajo, organizamos nuestra vida social y nos aseguramos de llegar a tiempo a la consulta médica, el estrés hace de las suyas en nuestro cuerpo sin que ni siquiera lo notemos. Una de sus consecuencias es el aumento de la hormona cortisol, que despierta todo tipo de antojos, especialmente de comidas ''no tan saludables'' como los carbohidratos simples y azúcares.

Sabemos lo difícil que es seguir un plan para adelgazar sin desbordar ni hacer trampa. Por eso, te traemos algunos trucos para hacer dieta sin tentarse en el camino.

''No lo voy a hacer nunca más, esta sensación es tan incómoda, ¡no hay necesidad!''. Esta es la clásica frase que muchos repiten cada año cuando llegan las fiestas o cuando se presenta una ocasión en la que, por un motivo u otro, terminamos comiendo más de la cuenta. Yo me pregunto, ¿acaso comer hasta explotar es un buen trato? Definitivamente, no.

En la industria alimenticia, hay una gran variedad de químicos que son utilizados para un amplio espectro de fines: conservación, mejor consistencia, más sabor... Es realmente impresionante que hoy podamos manipular todas estas cualidades en un alimento y, en muchos casos, este poder nos resulta altamente beneficioso. El problema es cuando estos químicos perjudican nuestra salud más de lo que la favorecen...

Las mujeres tenemos necesidades nutricionales particulares y por esto, debemos estar pendientes a lo que consumimos. Suplir las demandas de nuestro cuerpo en cuanto a los nutrientes necesarios es esencial, ya que nos ayudará a mantenernos saludables durante las diferentes etapas que enfrentamos, entre ellas el ciclo menstrual, el embarazo, la juventud, la adultez y también durante el envejecimiento.

Pasarte a vegana implica muchos cambios en tu dieta y conviene tener en claro que no es una moda