El Congreso discute el futuro de hasta 300,000 inmigrantes de El Salvador, Haití y Honduras amparados con el TPS. Algunos tienen más de 20 años de residencia legal y familiares nacidos en Estados Unidos.

Los beneficiarios del programa han vivido en Estados Unidos durante décadas. Aquí se han creado una vida para sí mismos, crían a cientos de miles de niños ciudadanos estadounidenses en los hogares que han construido y trabajan en empleos que tienen al país en marcha, dice una analista del Center for American Progress.

Decenas de personas recipientes del Estatus de Protección Temporal (TPS) se trasladaron este viernes a la capital del país para tratar de reunirse con representantes de Texas. "La intención de nosotros es transmitirles la agonía que tenemos cada 18 meses", indicó Joaquín Godínez, presidente del Comité TPS Dallas.

"Si ellos quieren algo permanente, que den algo permanente a cambio", dijo Luis Gutiérrez, el excongresista demócrata quien ha sido una de las personas que más ha defendido a los jóvenes soñadores y a los beneficiarios del TPS.

La representante mantuvo una mesa redonda para discutir la crisis política que viven los ciudadanos de Venezuela, Nicaragua y Honduras. Según explicó, su intención era oír las inquietudes de las comunidades latinas en sur de la Florida para poder trabajar junto a ellos.

A través de Twitter, el presidente agradeció a los empleados federales afectados y los llamó "patriotas". Reiteró que su propuesta no es una amnistía a manera de calmar las críticas de grupos de la extrema derecha. El plan de Trump formula un alivio migratorio de tres años para los dreamers y restaurar por ese mismo periodo el TPS para los países cuyos programas fueron cancelados a cambio de 5,700 millones de dólares para el muro fronterizo, lo cual ha sido rechazado por el liderazgo demócrata.