Enfermeros, doctores y empleados de los centros de salud aseguran sentirse “intimidados y reducidos” desde que inició la pandemia, según ellos, porque los lugares para los que trabajaban no estaban preparados para la emergencia sanitaria. Ante esto, piden refuerzos en sus filas y suministros de protección ante el virus. Además, este sábado se unirán en una manifestación pacífica.

El gobernante aseveró que un grupo de manifestantes sostuvo una reunión con uno de sus ministros y, a quienes no asistieron a dicho encuentro, los señaló de querer “un país con una clase media viviendo bien y explotando al pueblo”. Por otro lado, un grupo de exiliados se reunirá con el alcalde de Miami para abordar esta problemática en la isla.

Médicos, residentes y pasantes, entre otros trabajadores, se manifestaron este miércoles frente al Ronald Reagan UCLA Medical Center ya que, aseguran, se está poniendo en riesgo su salud, la de sus familias y la de los pacientes al no facilitarles el acceso a los análisis para detectar el virus. También afirman que existen otras malas prácticas que irían en contra de lo recomendado por las autoridades locales y, además, no salvaguardan la salud pública.

Estos empleados exigen a las autoridades que los consideren como esenciales que están en riesgo. La activista Carmen Cabrera explica que, si ellos son vacunados, entonces se podrán minimizar brotes y así evitar que los hospitales sigan llenándose. "Debido al número limitado de vacunas disponibles en EEUU, tomará tiempo vacunar a grupos prioritarios. Les pido paciencia", dice la doctora Ngozi Ezike.

El plan cuenta con una inversión de al menos 7,000 millones de dólares, tiene como fin duplicar su tamaño, sería efectuado en fases y, según expertos, es una manera para hacerle frente al crecimiento de la ciudad. Quienes viven cerca a los lugares donde se desarrollarán los trabajos de construcción han manifestado su inconformidad, pues aseveran que todo esto traerá efectos negativos en sus respectivas comunidades.

El sindicato CTU registró este lunes una solicitud ante la Junta de Relaciones Laborales Educativas de Illinois con el fin de que, a través de una orden judicial, "CPS negocie con el sindicato los protocolos para la reapertura segura de los edificios y que lo haga antes de que establezca la fecha" para volver a clases, según la asociación. Por su parte, CPS indica que la decisión ya está tomada.