En Bombay (India) un joven de 17 años ha construido un puente de 30 metros de largo sobre un río lleno de basura.

Desde hace unos años, ciertas religiones y disciplinas asiáticas han influenciado a unos occidentales ávidos por abrazar nuevas conductas, preceptos y modos de vida. El concepto de vida sana, la práctica del yoga o la meditación, y la adopción de creencias budistas e hinduistas alimentan la fe de una sociedad que necesita creer en algo nuevo.

Recientemente te mostramos lo que realmente hay detrás de muchas fotos de Instagram y cómo ese pequeño encuadre muestra una parte de contextos muy complejos.

Lejos de esos colores, misticismos y dioses que convierten la India en uno de los países más carismáticos del mundo, también encontramos numerosas realidades y costumbres que alimentan el lado más oscuro de la nación del Taj Mahal, muchas veces dictadas por las creencias religiosas o los códigos familiares.

Sea leyenda o no, la tradición repite que el Taj Mahal, una de las obras de arte más maravillosas de la humanidad, ubicada en la ciudad india de Agra, tiene un origen romántico, ya que fue erigida por el emperador Shah Jahan tras la muerte de su esposa favorita entre 1631 y 1654.

Desde su nacimiento en los años 60, el movimiento hippie se ha encargado de influenciar a unas personas que creen en la paz universal mediante la convivencia, el respeto por la naturaleza y una cultura que bebe, especialmente, de las filosofías asiáticas.