La descollante historia de Ashoka: el sanguinario emperador de la India que se convirtió en un pacífico unificador budista

Hoy vamos a contarte la historia de una de esas figuras poco conocidas para el gran público. Hablamos de Ashoka, un emperador de la India que pasó de ser un sanguinario guerrero a convertirse en un budista pacificador y que fue capaz de unir todo el reino bajo una doctrina de comprensión y amor.

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¿Quién era Ashoka?

Tras la muerte de Alejandro Magno, todas sus conquistas en la India sufrieron una etapa muy confusa. Fue la dinastía Maurya la que se logró imponer, bajo la tutela de Chandragupta, abuelo de Ashoka. Corrián los siglos IV a. e. c. y III a. e. c.  Ashoka fue un príncipe de la India que creció en un ambiente de poder, educado para ser un gran guerrero y político, bajo el influjo de su fuerte personalidad, plena de crueldad y fiereza.

El hermano de Ashoka y heredero del trono, Susima, viendo su fortaleza, le envió al norte para combatir las rebeliones que se producían, con la esperanza de que muriera dada su inexperiencia. Sin embargo, triunfó, y esto le dio popularidad, hecho que hizo que fuera exiliado durante dos años.

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Ashoka marchó después a sofocar la rebelión de la ciudad de Ujjain, y volvió a triunfar. Además, allí se enamoró y tomó en matrimonio a una plebeya budista, hecho que enfadó al emperador, y le recluyó en dicha población como gobernador.

Dado que pronto la pareja de Ashoka quedó encinta, Susima volvió a conspirar y envió a un asesino para que acabara con su hermano, por miedo a que le usurpara el trono al tener descendencia.

El ascenso de Ashoka al poder

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Este asesino, no solo no tuvo éxito, sino que provocó las iras de Ashoka, que marchó hasta Pataliputra, donde acabó con todos sus hermanos y ascendió al poder. No obstante, esta parte de la historia puede tener tintes de leyenda.

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El caso es que Ashoka, en sus primeros años como emperador de la India, comenzó a guerrear y conquistar territorios anexos, hasta llegar a Kalinga, un estado feudal opuesto a los planes de la dinastía Maurya desde años atrás.

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Ashoka no solo conquistó Kalinga, sino que acabó con la vida de miles de personas, dando lugar a una de las guerras más sanguinarias de la historia.

Sin embargo, tal fue la masacre provocada por Ashoka, con más de 100 000 muertos a sus espaldas, que incluso tiñeron las aguas de los ríos de rojo.

El Ashoka budista y pacifista

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Esta masacre en nombre de Ashoka provocó que el joven emperador comenzara una etapa más introspectiva, lo que le volvió un convencido pacifista y budista.

A partir de ahí, Ashoka siguió los conceptos del dharma, formulando edictos para su pueblo que promulgaban conductas sociales y morales que tendían a la búsqueda del bien común y la felicidad de sus súbditos.

Sin duda, el horror de la guerra produjo una gran conmoción en la mente de Ashoka, que cambió su forma de ver el mundo, y la vida de sus iguales, hecho que le hizo inmortal para muchos habitantes de la India, que le consideran un gran sabio pacifista.