Biden avanza con su plan para desaparecer la ‘tolerancia cero’ y expandir la migración legal
Ya sea eliminando las barreras impuestas por su antecesor o autorizando nuevos reglamentos que suavicen trámites y/o requisitos, el gobierno de Joe Biden tiene en la mira deshacer la totalidad de la política migratoria de ‘tolerancia cero’ heredada de Donald Trump para crear un nuevo sistema.
Y tal como lo hizo el exmandatario, tendrá que hacerlo a golpe de memorandos, órdenes ejecutivas y publicando nuevos reglamentos para interpretar las complejas leyes migratorias porque los republicanos del Congreso, particularmente en el Senado, no están dispuestos a aprobar ninguna clase de beneficio.
Esto “hasta que no solucione la crisis que se vive en la frontera con México”, dijo a Univision Noticias una fuente republicana que pidió mantener su nombre en el anonimato porque no tiene autorización para hablar con los medios. Citó como ejemplo las detenciones de marzo en la frontera, que sobrepasaron las 100,000 frente a las poco más de 10,000 registradas el año pasado en el mismo mes, cuando Trump se encontraba en la Casa Blanca.
No cabe duda de que los números perfilan el grado de eficacia de la política desarrollada durante el gobierno anterior, pero no revelan que, para conseguirlo, el entonces presidente utilizó sus poderes ejecutivos para dictar normas que, en muchos casos, fueron desafiadas con éxito en los tribunales de justicia. Un ejemplo de ello fueron las obstrucciones a la política de asilo o la separación forzada de familias en la frontera cuando venían en busca de refugio para salvar sus vidas.
Filtran documentos
El diario The New York Times reportó este lunes que Biden apunta a reconstruir y expandir la inmigración legal, uno de los blancos de su predecesor a la par del freno y combate a la inmigración indocumentada.
El diario dijo haber obtenido un borrador de 46 páginas que traza los planes del gobierno de Biden “para expandir significativamente” el sistema de inmigración legal, incluida la reversión metódica de los esfuerzos del expresidente Donald Trump para desmantelarlo”.
Trump firmó decretos y memorandos para reducir drásticamente el flujo de trabajadores extranjeros, dependientes directos (cónyuges e hijos menores de edad solteros) y la cuota de refugiados. También impuso cambios al debido proceso migratorio para dificultar la obtención de beneficios, entre ellos elevar el numero de requisitos, aumentar la rigurosidad en los procesos de revisión y establecer nuevas reglas, como la carga pública.
La ‘tolerancia cero’ no solo se mide por el número de objetivos trazados por el gobierno anterior, sino también por las afectaciones al sistema. Cuando Trump llegó a la Casa Blanca, la Corte de Inmigración (EOIR) tenía poco más de 520,000 casos acumulados. Cuatro años más tarde la cola contaba con casi 1.3 millones de casos.
A su vez, en México aguardaban más de 65,000 casos de asilo en tribunales estadounidenses y de ellos unos 40,000 habían sido desestimados, la mayoría por errores en los envíos de Notificaciones de Comparecencia (NTA), resultando en la emisión de órdenes de deportación en ausencia porque los afectados no se presentaron ante los jueces.
Otros problemas
Además del muro invisible construido alrededor del sistema migratorio imperante, se agregan las demoras en los procesos para la obtención de beneficios.
De un promedio de cuatro a seis meses para obtener la ciudadanía durante la parte final del segundo mandato de Barack Obama, la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) aumentó en algunos casos a más de 20 meses la espera.
El mismo problema se registró en el trámite de la residencia legal permanente (Green Card o tarjeta verde), permisos de trabajo (autorizaciones de empleo, EAD) y ciertas visas humanitarias, como la U, para víctimas de violencia o crímenes.
Durante la campaña, en materia migratoria Biden hizo dos grandes promesas: presentar un plan de reforma migratoria con camino a la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados en los primeros 100 días de gobierno y revertir (o deshacer) la política de ‘tolerancia cero’.
La primera la impulsó el mismo día de la toma de posesión, el 20 de enero, cuando la Casa Blanca anunció que enviaría al Congreso un proyecto de ley que incluía un camino a la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país.
Sin embargo, en el día 50 de su presidencia, la Cámara Baja, controlada por los demócratas, aprobó dos iniciativas similares, una para legalizar la permanencia de dreamers y beneficiarios de TPS, y otra para regularizar la permanencia de trabajadores agrícolas.
El cambio de estrategia obedeció al rechazo republicano en el Senado, quienes exigen primero poner fin a la crisis en la frontera sur y después revisar los planes presentados por los demócratas con la intención de agregar enmiendas con la postura republicana.
Debido al estancamiento en el debate legislativo, el gobierno de Biden sigue avanzando en la segunda promesa, la eliminación de la ‘tolerancia cero’. Y al igual que su antecesor, no necesita del respaldo del Congreso, sino de una buena pluma para firmar cuanto decreto o memorando se requiera para eliminar lo hecho por antecesor e imponer su política migratoria “humana” y “basada en la justicia”, como lo ha reiterado desde un principio.
"Además, los republicanos usarán la inmigración contra Biden en las elecciones de mitad de período de 2022. Finalmente, el próximo presidente podría deshacer cualquier reforma administrativa", precisó.
¿U
n plan para dar más poder para decidir casos?
El viernes, el sitio BuzzFeed News reportó que el gobierno planeaba “remodelar drásticamente” la forma en que se procesa a los solicitantes de asilo en la frontera para evitar un “aumento en la acumulación de casos” en la EOIR.
El objetivo, de acuerdo con documentos vistos por el sitio, es acelerar los procesos, descongestionar la Corte y reducir los largos períodos de espera, algunos de los cuales sobrepasan los 3 años.
El plan, agrega, es otorgarle a los agentes de asilo de la USCIS más poderes para decidir casos, una autoridad que ya ejercen, pero con una mayor discrecionalidad, y acelerar procesos. Y solo en aquellos casos que las solicitudes de asilo sean rechazadas, los inmigrantes podrán acudir ante un juez de inmigración para defender sus permanencias.
Una fuente de la USCIS dijo el viernes a Univision Noticias que no tenían conocimiento de esos planes. Y agregó que varias de los programas mencionados, como la autoridad de los agentes de asilo, la ejercen por ley. E indicaron que los casos de Menores No Acompañados (UAC) detenidos en la frontera se manejan bajo el Acuerdo Judicial Flores de 1997 y la Ley TVPRA (sobre prevención de tráfico humano).
Entre otras modificaciones, la ‘tolerancia cero’ anuló el Acuerdo Flores y la Ley TVPR, que prohíben la privación de libertad de menores de edad y ordenan que sea un juez de inmigración quien decida sus futuros en Estados Unidos. El gobierno anterior, en muchos casos, ni siquiera permitió que los inmigrantes solicitaran asilo, un recurso legal disponible autorizado por el Congreso.
Entre mayo y junio de 2018, en otro oscuro escenario, el Departamento de Justicia ordenó levantar cargos criminales a padres que llegaban en busca de asilo para separarlos forzadamente de sus hijos. Una vez finalizado el proceso criminal de varios días, cuando el padre intentaba reunificarse con sus pequeños el gobierno los había puesto en un proceso de deportación separado del progenitor.
Las separaciones afectaron a miles de familias y todavía cientos batallan por reunificarse, muchos de ellos deportados a sus países de origen solos mientras sus hijos permanecen en Estados Unidos en hogares sustitutos.
Otros detalles
El plan de Biden está dividido en siete secciones, dijo The New York Times. Incluye propuestas de políticas que ayudarían a más extranjeros a mudarse a Estados Unidos, incluidos trabajadores altamente calificados, víctimas de trata, familias de estadounidenses que viven en el extranjero, indígenas estadounidenses nacidos en Canadá, refugiados, solicitantes de asilo y granjeros.
También reduciría ciertas tarifas y eliminaría barreras a la inmigración, y alentaría la “participación plena de los inmigrantes en nuestra vida cívica", añade.
La Casa Blanca, por ahora, se resiste a comentar sobre el plan y traslada las preguntas de los medios a las dependencias que participan en la ejecución de la ley migratoria, pero estas dependencias por ahora desconocen los planes del Ejecutivo.
Los republicanos tampoco conocen el plan. Pero lo cuestionan, sobre la base de lo publicado por los medios, y defienden lo hecho por Trump durante su gobierno. El exmandatario, por su parte, recientemente criticó al presidente cuando levantó las restricciones de viaje a ciudadanos de países de mayoría musulmana.
El 19 de abril, el exmandatario dijo que si Biden “quiere mantener a nuestro país a salvo del terrorismo islámico radical, debería restablecer la prohibición de viajes del país extranjero y todos los requisitos de investigación de quienes buscan la admisión que la acompañan, junto con las restricciones de refugiados que puse con éxito”, escribió en su página digital.
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