El alcalde de Houston, Sylvester Turner, pidió a los dueños de apartamentos que no desalojen a las víctimas del fenómeno natural Harvey y se comprometió a trabajar con FEMA en la búsqueda de una solución a esta problemática. Por su parte, los arrendatarios piden que se imponga un periodo de gracia de tres semanas.

Aunque los niveles de agua han disminuido en las principales vías de la ciudad, las autoridades adelantan trabajos de evaluación y reparación en Gessner y Westheimer, oeste de la ciudad.

Este miércoles se dio una doble jugada de Donald Trump en el Congreso: consiguió que se apruebe el paquete inicial de ayuda a Texas y acordó con los líderes demócratas buscar una extensión del límite de la deuda del gobierno federal.

El reverendo Edward Gómez de la Iglesia Episcopal San Pablo, aseguró que se le ha hecho la solicitud al alcalde para que se dé un plazo de tres semanas para que las personas que no pudieron ir a trabajar durante el paso de Harvey puedan cancelar los arriendos atrasados.

La urbanización Canyon Gate sigue inundada por el agua que se liberó de la reserva Addicks. Los propietarios que evacuaron empiezan a regresar para revisar sus casas, pero aún no saben quién va a responder por este desastre. La mayoría no tenía seguro de inundación, porque esta no era considerada un área vulnerable.

Aseguran sentirse olvidados por las autoridades y solo recibir ayudas por parte de amigos y voluntarios de iglesias. El paso de Harvey acabó con sus humildes viviendas y prefieren no ir en busca de ayuda por temor a que los detengan por su estatus migratorio.