Todos, absolutamente todos, hemos comido de más antes de irnos a dormir, y después nos sentimos fatal porque ya sabemos que eso es malo para nuestra salud.

Desde hace algunas décadas una idea equivocada comenzó a ser propagada: que comer grasa engorda. La verdadera cuestión no son las grasas, sino las calorías. El problema es que atrás de esta idea vinieron los alimentos "bajos en grasa" o "sin grasa", que en realidad tienen igual número de calorías que sus versiones con grasa, a causa del azúcar y productos químicos añadidos.

Porque fumar no es el único enemigo de nuestra salud.

En primer lugar, vamos a dejar algo en claro: el azúcar en sí misma no es mala. Muchos alimentos lo contienen naturalmente, incluyendo las frutas y la leche. Ahora bien, añadirle azúcar extra a tu dieta, simplemente, es innecesario.

Los antojos de azúcar a menudo nos surgen después de una comida, a pesar de la sensación de saciedad. Hábitos, la química del cerebro y tu dieta causan que anheles dulces.

¿Quién no adora el café? Muchas de nosotras no podemos pasar más de un día sin beber al menos una deliciosa taza, en cualquiera de sus versiones, porque nos ayuda sentirnos más enérgicas y activas durante el día. Sin embargo, muchas podríamos estar excediéndonos en su consumo sin ni siquiera saberlo, ya que nos excusamos con la gran cantidad de beneficios y ventajas que éste tiene para nuestra salud y olvidamos que un consumo elevado puede ser perjudicial.