Encontrar similitudes entre Trump y Obama es una especie de misión imposible. ¡Y no solo me refiero a sus inclinaciones políticas! Cuando nos sumergimos en el mundo de la alimentación, estas dos figuras son polos opuestos. Como ya nos lo hizo saber Michelle, Barack se preocupa muchísimo por llevar una vida saludable y es muy estricto en este sentido (sí, come exactamente 7 almendras todas las noches). Por su parte, Donald Trump tiene un criterio bien... diferente.
Los hábitos alimenticios de DONALD TRUMP son un tanto... confusos


El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos se encuentra en la lista de personas con más dinero en el mundo. Eso significa que tiene al alcance de su mano los platillos más sofisticados y un acceso ilimitado a planes de alimentación saludables. Pero...
¡Donald ama McDonald's!
Una vez más, Trump da que hablar -esta vez por lo que ingresa a su boca y no por lo que sale de ella-. Su prioridad no está ni en cuidar su salud, ni en darle una caricia a su paladar, sino más bien en consumir alimentos seguros. Por ello, adora la comida rápida porque, según su perspectiva, ¿quién mejor que McDonald's cumplirá la promesa de mantener un nivel de higiene óptimo?
''Una hamburguesa en mal estado y puedes destruir a McDonald's'', dijo Trump, que se declara una persona muy limpia y sostiene que son las cadenas de comida rápida las únicas que garantizan el buen estado de los alimentos. A fin de cuentas, ¡deben pasar por muchos controles sanitarios!
Una buena forma de empezar...

Cualquier persona que cuida su salud y alimentación sabe que el desayuno es la comida más importante del día, pero Trump no disfruta de esta comida y rara vez desayuna algo. Y si lo hace, su elección son los huevos con panceta, ¡para empezar el día con todo el colesterol!
La comida que Trump sí disfruta es la cena (oh, casualidad, aquella en la que nos recomiendan no comer en exceso). Por las noches, el candidato a la presidencia no se conforma con una ensalada, sino que le gusta comer pasta, patatas y, básicamente, todo lo que se le antoje.
¿Fiel a sus orígenes?

Al parecer, Trump también sigue este "régimen alimenticio" para mantenerse auténtico y ser fiel a su origen: una familia de clase obrera que tuvo mucha suerte y éxito. Es por eso que su alimentación debe basarse en hamburguesas, pizza y patatas fritas.
Su manera de cuidar su peso también es muy particular: remueve el pan de las hamburguesas y no come el borde de la pizza. Buena recomendación, eso convierte a la comida rápida en un platillo muy completo y nutritivo, Donald.
Renunció a las Oreos

Al menos podemos estar tranquilos de que Trump ya decidió eliminar las galletas Oreo de su dieta. Pero no tan rápido, no se trata de una reducción calórica, sino que su argumento es otro: la planta que fabrica estas galletas cerró su sede en Chicago para mudarse a México. ¿Acaso pudo desatarse una catástrofe mayor para Trump?
Siempre de dieta
La definición de comer de forma saludable de Trump es un poco dudosa, pero ¡esto no significa que Donald no cuide su línea! Presten atención, incrédulos: acompaña su Big Mac o pollo frito con soda de dieta y siempre la bebe con sorbito (esencial para mantener la silueta, claro).
Mientras sus familiares confirman que Trump difícilmente pueda diferenciar el sabor de la lechuga del bróccoli, también dejan en duda si realmente disfruta de su comida o si simplemente devora todo lo que pone en su platillo. Tal vez sea una técnica para evitar que su comida junte gérmenes mientras la lleva a su boca, quién sabe...
¿Somos lo que comemos? Pues, de ser así, Trump debería ser el ser más limpio y seguro de todos, ¿no?
Lo que sí queda claro es que ni McDonald's ni Burger King deben preocuparse de perder a uno de sus clientes más leales, porque no parece estar en sus planes modificar sus hábitos alimenticios...








