Desde hace semanas el gobierno de Bashar al Asad comenzó un feroz ataque en Guta Oriental, un enclave rebelde en las afueras de Damasco, la capital de Siria. Desde entonces, han muerto 805 civiles entre ellos al menos 178 niños, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Este martes, una tregua humanitaria ha puesto una pausa momentánea al sangriento asedio ya que Asad manifestó sus intenciones de continuar con los bombardeos.

Son 46 camiones con alimentos y suministros médicos para 27,500 personas en el asediado enclave de Guta Oriental, duramente golpeado por los ataques aéreos de Rusia y el gobierno sirio, que han dejado más de 700 muertos en las últimas semanas.

Según el informe, el país asiático habría enviado válvulas, termómetros y baldosas resistentes a ácidos que pueden ser utilizados en la elaboración de este tipo de armas.

Siguen los bombardeos en el bastión rebelde de Guta Oriental pese al cese al fuego acordado en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el pasado viernes. Y los heridos que logran sobrevivir deben enfrentar la tragedia de hospitales escasos de recursos y médicos agotados, que han debido atender día y noche durante nueve días a decenas de pacientes.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, declaró este lunes en Ginebra que es preciso que el alto el fuego acordado el pasado viernes en el Consejo de Seguridad se implemente de inmediato. El comisionado de derechos humanos de Naciones Unidas denunció "mataderos" no solo en Siria sino también en el Congo, Burundi, Yemen y Birmania.

Luego de los bombardeos de esta semana llevados a cabo por las fuerzas del gobierno de Bashar al Assad que dejaron al menos 500 muertos, el organismo aprobó una resolución unánime que pide un mes de tregua para ayudar a los civiles afectados.