El verano puede ser la temporada perfecta para hacer cosas al aire libre, pero el otoño tiene un encanto especial que, para mí, lo convierte en la estación favorita para hacer actividades en familia. Sí, ya no es época de ir a la playa o de pasar el fin de semana zambullidos en la alberca, pero llegan los días para disfrutar de los juegos de otoño como recoger calabazas, juntar manzanas, hacer arte con hojas secas, visitar casas embrujadas y celebrar nuestras tradiciones latinas. 15 actividades y juegos de otoño para empezar a planificar desde ahora: 1- Hacer arte con hojas y ramas secas: Salir a caminar y recoger hojas secas de diferentes tamaños y colores es algo que los chicos disfrutan cada año. Con parte de lo recogido, propónle a tus hijos hacer arte para decorar sus cuartos o regalarle a la familia. 2- Recoger calabazas: Una tradición que hemos adoptado las familias latinas en Estados Unidos consiste en ir a los campos de calabazas y escoger las que cocinaremos en casa o que usaremos para celebrar la Noche de Brujas. 3- Sembrar para la primavera: ¿Sabías que el césped, los tulipanes, las verduras de estación fría como el brócoli y la acelga, las plantas perennes, árboles y arbustos son ideales para sembrar en otoño? Invita a tu familia a preparar el jardín ahora para disfrutarlo a pleno en primavera. 4- Recoger manzanas: Si no quieres esperar hasta octubre para ir a buscar calabazas, empieza tu visita a la granja para recoger deliciosas manzanas y participar de eventos especiales para toda la familia. La temporada de apple picking arranca el fin de semana de Labor Day y dura hasta finales de octubre. 5- Ir a ver el follaje: Ésta es una de mis actividades favoritas de todo el año. Hay parques y compañías que organizan visitas especiales a los lugares donde los árboles cambian de color y crean un espectáculo para la vista (y para los “instagrammers”). 6- Ir a un festival de otoño: Estos festivales barriales ofrecen juegos para los chicos como face painting, castillos inflables, y manualidades como pintar mini calabazas o hacer arte con flores secas. 7- Celebrar a tus ancestros: Del 15 de septiembre al 15 de octubre se celebra en Estados Unidos el Mes de la Herencia Hispana. Es una oportunidad para compartir con tus hijos la historia de tu familia. Crea un árbol genealógico, cocina la receta favorita de tu abuela o mira un documental sobre la cultura o música de tu país. 8- Hacer flores para el Día de Muertos: Hablando de tradiciones, una de las actividades que vale la pena probar este otoño es la creación de flores de papel como las que se ponen en el Altar de Muertos. Varias organizaciones mexicanas ofrecen talleres para enseñar cómo hacerlas, o si no, puedes buscar tutoriales en blogs o youtube. 9- Ir a una feria de juegos o kermés: El clima es ideal para pasar una tarde tratando de ganar algún premio con habilidades a la hora de tirar una flecha o encajar un aro. Por supuesto que también es una oportunidad para saborear un algodón de azúcar o el último helado de la temporada. 10 – Ir a una casa embrujada: Cada vez hay más y más casas y lugares “embrujados” aptos para toda la familia. Algunos sitios ofrecen niveles de terror, según las edades. 11- Tallar calabazas: Pareciera que el otoño y las calabazas van de la mano. Aprende a tallar calabazas para celebrar Halloween o para decorar los cuartos de la casa. 12- Disfrutar de un atardecer en familia: Mientras que en verano el sol se esconde cerca de las 9 de la noche, el otoño nos permite ver el atardecer más temprano y aún tener tiempo de ir a casa para la hora del baño y de la cena. En una tarde de cielo despejado lleva a tu familia a ver caer el sol. 13- Jugar bajo la lluvia: Ponle las botas de lluvia, abre los paraguas e invita a tus hijos a chapotear un poco bajo la lluvia. 14- Hacer una diferencia: El 25 de octubre se celebra el Día Nacional para Hacer una Diferencia. Aprovecha esa semana para hacer algo positivo por tus vecinos o por alguien que recién conoces y diles a tus hijos que te ayuden o pídeles que ellos propongan algo. 15- Estar agradecidos: Si bien no es parte de la lista de juegos de otoño, la celebración del Día de Acción de Gracias, en noviembre, es una oportunidad para que todos los miembros de la familia se reúnan y demuestren su gratitud. Hay actividades especiales para expresar el agradecimiento y sin duda valen la pena incorporarlas a nuestros festejos. ¿Cuáles son tus actividades o juegos de otoño favoritos?

Estoy segura de que muchas familias, incluida la mía, tiene en su “to do list” la idea de ayudar a los demás, de ser parte activa de la comunidad y contribuir a un cambio positivo en la vida de personas que necesitan apoyo. Lo que ocurre muchas veces es que no sabemos por dónde empezar y terminamos postergándolo año tras año. Hacerse tiempo para el voluntariado puede ser el primer paso para crear una tradición familiar que tendrá un significado muy especial y que además permitirá a los más pequeños aprender valores fundamentales como la importancia de ayudar y de estar al servicio de los demás. En Estados Unidos cerca de 65 millones de personas hacen voluntariado cada año y con ello aportan un valor estimado a 175 billones de dólares. No sólo hay necesidad tras un huracán o un desastre natural, ni hay que esperar la temporada de fiestas para pensar en los demás. En este país hay cientos de organizaciones comunales, estatales y nacionales que necesitan voluntarios todos los días. En tu barrio Puedes organizarte con tu familia para hacer trabajo voluntario en tu barrio, ya sea ayudando a cortar el césped o limpiar la vereda en casa de vecinos que no están físicamente aptos para hacerlo o que están solos y necesitan ayuda. La mejor forma de contribuir en tu comunidad es viendo dónde se necesita ayuda y ofrecerla. En el website Handsonnetwork.org se puede buscar por código postal para saber exactamente dónde tú y tu familia pueden colaborar en tu vecindad. También se puede escoger por áreas, es decir, si prefieres que sean organizaciones relacionadas con el cuidado de niños, de animales o para proveer alimentos y demás. En tu escuela Una forma fácil de empezar la experiencia de ser voluntario para un hijo es en la escuela. Seguramente durante el año escolar hay actividades que requieren la ayuda de toda la familia, como organizar una feria, una fiesta para recaudar fondos o un día de limpieza del patio del colegio. Pide a la escuela un calendario de eventos y apunta a tu familia para ayudar por algunas horas. En tu ciudad Las ciudades necesitan voluntarios para todo: para organizar eventos en comunidades de bajos recursos, para limpiar parques, para cuidar enfermos, para organizar festejos, para atender a las personas sin techo o a niños con necesidades especiales, transportar ancianos y mucho más. Volunteerguide.org , Volunteering in America y allforgod.org, entre otros, te ayudan a encontrar lugares y áreas para hacer trabajo voluntario cada día y también propone ideas para hacerlo en familia. Por tu propia cuenta No es necesario recurrir a una organización para empezar a hacer algo positivo. Por ejemplo, tus hijos pueden ofrecer leerle cuentos a niños del barrio que no saben leer o que tienen dificultad con la lectura. También, tu familia puede organizar una colecta de ropa de invierno en el barrio, y dedicarse a recogerla y a llevarla a un albergue de ancianos o la Iglesia del barrio y así usar su tiempo para proveer de abrigo a los más necesitados. En otro país El voluntariado es algo que se puede hacer en todas partes, aún estando de vacaciones o de visita en otro país. En este caso requiere más organización y consenso familiar, porque quizá para alguno de tus hijos irse de vacaciones a construir una escuela o a enseñar inglés no suene al principio divertido, pero es una experiencia que probablemente le cambie la vida a muchos, incluida toda tu familia. Y recuerda, el voluntariado tiene grandes beneficios: permite enseñarle a los niños la importancia de ayudar a los demás y también es una oportunidad para construir memorias positivas. Por más pequeño que sea el acto de voluntariado, siempre habrá alguien eternamente agradecido.

Una mascota en la familia puede ser una bendición. Es un miembro más que llega al hogar de manera instantánea y puede acompañarnos y darnos momentos de alegría por muchos años. Pero, ¿qué hacemos si nuestros hijos cruzan la delgada línea entre perros, gatos y peces y de repente un día, nos piden que llevemos a casa mascotas inusuales? “Mamá, quiero una tarántula” podría ser la frase de mis pesadillas. Pero la realidad es que considerar la opción de tener un pequeño animal fuera de lo común, siempre que esté permitido tenerlos en casa, no es tan grave ni tan complicado y, por el contrario, puede ser una novedosa y bonita aventura familiar. Sin contar que seguramente serás la atracción del vecindario y de los amigos del colegio de tus hijos, la verdad es que aprender a cuidar y mantener nuevas especies es una increíble experiencia. Además está comprobado por numerosos estudios que la presencia de animales en casa ayuda mucho al bienestar psicológico y emocional de muchas personas. Las mascotas son ideales para enfrentar la depresión, nos ayuda a reducir el estrés diario y sin duda son una invaluable compañía para niños y adultos. Para los pequeños hay innumerables ventajas pues, al aprender a cuidar sus propias mascotas, están aprendiendo también a ser responsables, cuidadosos y consecuentes. Así que, si somos un poco valientes (esta dosis de valor la necesitamos probablemente mucho más las madres que los padres) demos a nuestros hijos una vivencia única al comprarle una de tantas mascotas inusuales que podemos tener en casa de manera segura y sin necesidad de muchos cuidados. La tortuga o morrocoy es una mascota muy tranquila y relajante que puedes tener en casa y es fácil de mantener y cuidar. Además, es ideal si hay alguien en casa que tiene alergias, pues estos simpáticos compañeros no tienen pelos. Los cerditos o marranitos: En muchos países es muy común domesticar cerdos, y para sorpresa de muchas personas, la realidad es que estos animales son sumamente inteligentes y perceptivos. El erizo es un animal que adoro ver, pues me parece muy simpático, es fácil de mantener y se alimenta de frutas y verduras. Una granja de hormigas es una opción muy práctica y sencilla para darle a tus hijos una mascota diferente y muy fácil de cuidar. Sólo debemos estar pendientes de mantener bien cerrada su casita de vidrio. El cobayo, acure o conejillo de indias: Mi sobrina tiene un acure que se llama Molly desde hace más de un año. Son muy tranquilos, les encantan la lechuga y las zanahorias, pues son familia de los conejitos. Para mí son como una mezcla entre conejo y hámster. El Hurón: Cada vez se conocen más personas que tienen este simpático animalito en casa. Dicen que si los sabes entrenar, puede aprender a hacer piruetas. El gecko: Si tus hijos te piden esta mascota, recomiendan que sea el gecko leopardo, pues no se puede trepar en las paredes. La tarántulas también son mascotas muy tranquilas y fáciles de cuidar. En mi caso no puedo verlas ni de lejos, pero a muchos niños les encantan. Mientras más cómoda sea la casa, será más sencillo acondicionar un espacio para que cualquiera de las mascotas inusuales puedan estar tranquilas. En mi caso, creo que es mejor tenerlos fuera de las habitaciones, por cualquier tema de alergias y para tener siempre los cuartos limpios y seguros. De igual manera, aunque las mascotas son para nuestros hijos, debemos estar siempre pendientes de sus cuidados y permitirles a nuestros pequeños que participen a la hora del baño o la comida hasta que puedan hacerlo ellos mismos. Nunca dejemos solos a nuestros hijos con un animalito que no conocen o no saben manipular. Así estarán a salvo ambos, tu hijo y su mascota, pues además del peligro potencial que siempre está presente, si por alguna razón el animalito muere accidentalmente frente a nuestros hijos, esto puede ser una experiencia dura para ellos. Animemos a nuestros hijos siempre a conocer nuevas especies, a vivir la inolvidable experiencia de cuidar y mantener un pequeño ser que, como todos en este planeta, merece recibir amor y calor de hogar.

Como mujeres, siempre queremos hacer lo mejor por nuestra familia. El esfuerzo es grande por ser buena madre, buena esposa y hasta buena hija. ¿Pero damos lo mejor de nosotras al momento de tener el papel de suegra?

Cuando estás criando hijos en otro país, un temor que asalta a muchos padres es que los hijos pierdan sus raíces. Si bien queremos que se integren a la sociedad donde viven, es importante que tengan un anclaje que les diga de dónde son.

De chica crecí rodeada de mis abuelos y tíos. Nos reuníamos todos los fines de semana para comer, para celebrar, o nos visitábamos mutuamente para “tomar unos mates”. Eso aún lo hago cada vez que visito mi país, pero aquí, donde vivo, la situación es distinta: no tengo familiares que vivan cerca y mis hijas pueden ver al resto de mi familia y la de mi esposo sólo una o dos veces al año. Fortificar los lazos de familia puede ser algo que ocurra naturalmente o algo que requiera un poco de planificación, todo dependiendo de la cercanía de los familiares y de la relación que tenemos con nuestros parientes cercanos. En mi caso, porque tengo al resto de mi familia en otro país, busco la forma de hacer sentir su presencia todos los días, ya sea diciendo cosas como: “ésta es la comida que me enseñó a hacer mi mamá”, o “ésta es la canción que le gusta al Abu”, o “éste es el color favorito de tu tío Santi”. Y por supuesto, haciendo video llamadas y enviándonos correos y dibujos por e-mail. Pero además de eso, hay otras formas con las que busco no sólo fortalecer los lazos de familia, sino compartir con mis padres y mis hermanos momentos especiales, que, aunque sean a la distancia, siguen teniendo un impacto grande en nuestro día a día. Aquí, 8 ideas para que los lazos de familia se fortifiquen y duren toda la vida: Si tienes a la familia cerca… Visita a los abuelos: Haz que un día a la semana tus hijos almuercen en casa de los abuelos o pasen una tarde a la semana con ellos. Es cierto que cuando los chicos son pequeños es más fácil llevarlos a visitar familiares. Después ya más grandes quieren hacer sus cosas y es importante que en su rutina no se olviden de visitar a los abuelos, que tienen un rol fundamental en la familia. Organiza una actividad mensual: Dentro de lo posible, intenta organizar una actividad al mes que incluya a todos los familiares, como hacer un barbecue en el parque, ir a la granja, o hacer un picnic. Dependiendo de dónde vives, hay actividades que son perfectas para grupos grandes y allí puedes llevar a tu familia. Pide colaboración con tareas diarias: Pídele a tu hermano que te acompañe a recoger a tus hijos al colegio o que los lleve a la clase de karate. Dale la oportunidad a los tíos de estar en la vida de tus hijos y de crear momentos que ellos nunca olvidarán. Aunque sea algo mínimo, el hecho de que los familiares estén cerca ayuda a mantener a la familia unida a través del tiempo. Dale la oportunidad a tus hijos: Si hay alguien en la familia con el que no te llevas bien o no te hablas, quizá sea una buena idea no transmitir ese problema a tus hijos y dejar que ellos decidan, cuando les toque, qué tipo de relación tendrán con esa persona. Si tienes a la familia lejos… Fotos y recuerdos de tu familia: Algo que intento hacer siempre es tener fotos actualizadas de mi familia, para que mis hijas vean todos los días las caras de sus abuelos, tíos y primos. Desde “marcos digitales” (esos que cambian las fotos automáticamente) a pósteres y collages (que se pueden mandar a imprimir en farmacias como Walgreens o CVS), hay muchas formas de poner a la vista fotos de nuestros familiares. Celebra cumpleaños y acontecimientos: Prende una velita para celebrar el cumple de tu mamá o de tu tía aunque estén lejos e invita a tus hijos a soplar y pedir deseos para ellos. Festeja el hecho de que tu hermano se haya graduado de la universidad, aunque no esté cerca para abrazarlo y tirar confeti. Aunque tus familiares no estén al lado, la celebración acortará las distancias. Crea una página de Facebook: Esto es algo que hicimos con mi familia. Creamos una página a la cual sólo tienen acceso los familiares y en ella ponemos fotos de nuestra infancia, de la actualidad, notas que nos interesa compartir, canciones, frases cómicas de nuestros hijos y demás. Así cada uno puede saber qué están haciendo los otros y ser parte del día a día de toda la familia. Hangouts y video chats: Cuando me mudé a Estados Unidos, le mandé a toda la familia una página que tenía instrucciones paso a paso de cómo instalar y usar el messenger, para que pudiéramos hablar seguido. Ahora lo hacemos vía Hangouts o video chats. Por supuesto, siempre afrontamos algún problema técnico, pero, una vez superado, podemos vernos, saludarnos, cantar, reírnos y sentirnos un poco más cerca. ¿Cómo fortaleces en tu casa los lazos de familia?