El ingreso de los migrantes ocurrió precisamente el día en que los gobiernos de México y Estados Unidos se reunieron para hablar sobre la maneza de imponer aranceles que hace Trump si su vecino del sur no pone freno a la legada de indocumentados a la frontera binacional.

Las cifras de la Patrulla Fronteriza muestran que el número de inmigrantes indocumentados no cesa. En abril fueron 99,304 arrestos; 30 días después llegaron a 132,887. El mayor número sigue siendo de familias centroamericanas que llegan a Estados Unidos para solicitar asilo.

Los residentes de Chirilagua, un barrio de mayoría centroamericana en el norte de Virginia, temen que la apertura de la segunda sede nacional de Amazon los expulse de sus hogares. En un área con escasez de vivienda, la especulación por la llegada en los próximos años de miles de empleados a la plantilla del gigante de comercio electrónico ya está comenzando a afectar los precios de las rentas.

Una fuente confidencial del Departamento de Seguridad Nacional le dijo al diario que unos 80 oficiales trabajarán como "asesores" de la policía nacional y las autoridades de migración guatemaltecos para tratar de interrumpir las "operaciones de tráfico humano" en camino a EEUU.

Los migrantes, 45 de ellos niños, esperaban a ser llevados a la frontera como parte de una red de tráfico de personas. En la vivienda no había muebles, los afectados dormían entre basura y en el piso, y se cree que hasta 20 personas reposaban en un cuarto de 10 pies cuadrados.

Los migrantes, provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, fueron hallados en una casa ubicada en el municipio de Ecatepec del Estado de México y puestos en manos de las autoridades migratorias.