Inmigración
"Aunque lo nieguen, todos pagan para cruzar el río": agente fronterizo sobre ola migratoria de centroamericanos a EEUU
Después de una larga y penosa travesía desde sus países de origen, hombres, mujeres y niños terminan parados a orillas del Rio Grande, en el lado mexicano de la frontera, esperando el turno para cruzar en una balsa a territorio estadounidense, por el sector de McAllen en Texas. Sujetos que cubren sus rostros controlan ese último paso del viaje y antes de dejarlos abordar, los fotografían para probar que cumplieron con un trato. Univision 45 presenció uno de los cruces.

Todos los inmigrantes que cruzan de México a Estados Unidos, por territorio del Valle del Rio Grande en Texas, le han pagado a 'coyotes', según Carlos Ruíz, agente de la Patrulla Fronteriza. "Aunque lo nieguen, la experiencia nos dice que todos pagan para cruzar el río... en esta área los coyotes trabajan para el cartel del golfo".
Leslie Enríquez/UnivisionCruzar el Rio Grande en una balsa, controlada por presuntos delincuentes vinculados al cartel del golfo en el sector de McAllen, Texas, es el último paso de la travesía de muchos centroamericanos antes de entrar a territorio estadounidense. Pero antes, se les ordena alinearse para tomarles una foto. Esa es la prueba que envían a los familiares que pagaron por el viaje, según autoridades fronterizas.
Leslie Enríquez/Univision"Ahorita vamos a poner 13", responde a los periodistas de Univision 45 un sujeto que acomoda una balsa en el lado mexicano del Rio Grande para subir a inmigrantes y llevarlos hasta la otra orilla, en territorio estadounidense.
Leslie Enríquez/UnivisionMadres con niños en brazos, mujeres embarazadas y padres con hijos adolescentes están en los grupos de inmigrantes que se preparan para subir en las balsas que los cruza por el Rio Grande desde el lado mexicano hacia el sector de McAllen en Texas. Un trayecto que se ve muy tranquilo y muy corto, pero que es engañoso por la profundidad de las aguas y por las corrientes subacuáticas.
Leslie Enríquez/UnivisionTras cruzar el río, se apresuran por un sendero demarcado entre los matorrales por las pisadas de otros cientos de inmigrantes que rutinariamente atraviesan este sector.
Leslie Enríquez/UnivisionYa en suelo estadounidense, este grupo de centroamericanos no se esconde de las autoridades fronterizas. Por el contrario, los buscan para entregarse.
Leslie Enríquez/UnivisionEstos son menores que han llegado sin la compañía de un adulto a la frontera.
Leslie Enríquez/UnivisionSelenia Murillo y su hija Dayran toman un pequeño descanso. Dejaron su natal Honduras "en busca de una mejor vida".
Leslie Enríquez/UnivisionLa pequeña Dayran, de 5 años, no suelta una biblia que trajo consigo.
Leslie Enríquez/UnivisionEstas tres inmigrantes hondureñas que acabaron de cruzar están embarazadas. De izquierda a derecha, tienen 9, 3 y 6 meses de gestación.
Leslie Enríquez/UnivisionA sus 20 años, esta futura madre (soltera) dice querer una mejor vida para el bebé en su vientre. El padre de su hijo está muerto.
Leslie Enríquez/UnivisionEs muy común ver a hombres que hacen la travesía con sus hijos adolescentes. Algunos de ellos vienen de sectores rurales donde las "siembras ya no crecen", dicen.
Leslie Enríquez/UnivisionEstas dos familias no podían creer que ya estaban del lado estadounidense de la frontera.
Leslie Enríquez/UnivisionTras cruzar el río, el camino sigue para los inmigrantes. Por esta trocha van en busca de autoridades migratorias para entregarse.
Leslie Enríquez/UnivisionEn largo recorrido de este grupo, en su mayoría hondureños, ya casi llega a su fin, para empezar un nuevo reto: el proceso de solicitar asilo.
Leslie Enríquez/UnivisionEste grupo de inmigrantes relata a periodistas de Univision 45 como fue, en parte, su travesía.
Leslie Enríquez/UnivisionQuienes cruzaban sin documentos a territorio estadounidense solían esconderse de las autoridades fronterizas, ahora buscan a los oficiales para entregarse y pedir asilo.
Leslie Enríquez/UnivisionLuego de entregarse, esperan a ser transportados a un centro de procesamiento.
Leslie Enríquez/Univision