Cómo es la vida del Papa en la Casa Santa Marta
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En Santa Marta, Jorge Bergoglio se levanta a las 4.30 de la mañana
Francisco pasa la mayor parte del tiempo en la Casa Santa Marta con el resto de los cardenales y solo utiliza los lujosos departamentos papales el domingo.
“Vivo en la Casa de Santa Marta y no en el Palacio Apostólico porque me gusta estar entre la gente. No puedo estar solo”. Con esa frase, el Papa Francisco explicó por qué eligió vivir en el hotel interno del Vaticano y no en los lujosos departamentos papales.
El 16 de marzo pasado, cuando Francisco rompió los sellos con que clausuraron los departamentos papales el 28 de febrero tras la renuncia efectiva de Benedicto XVI, dejó en claro que ese lugar no era para él: “Son demasiado grande para mí. Acá entran como 300 personas”, dijo.
“A un profesor que me lo preguntó le dije que no podía estar en los aposentos pontificios por motivos psiquiátricos”, bromeó Francisco el 7 de junio pasado ante la curiosidad de unos nueve mil alumnos de escuelas jesuitas de Italia y Albania que lo visitaron. El lujo del Palacio Apostólico definitivamente no va con este Pontífice que sacudió al mundo con su sencillez.
Codo a codo con el resto
En ese escritorio, el Papa trabaja casi a diario, salvo cuando tiene audiencias de gran importancia o debe recibir a jefes de Estado o sus representantes. En ese caso, sí utiliza el departamento papal del Palacio Apostólico ubicado al lado de la Basílica de San Pedro. De las paredes de su habitación solo cuelga un sencillo crucifijo.
El horario del Papa
A las 7 de la tarde, el Papa reza y medita durante casi una hora. A las 8 pm, cena con el resto de los cardenales y miembros de la Iglesia que viven allí. Come lo mismo que todos ellos y está muy pendiente de todo lo que sucede a su alrededor. Una hora después sube a su habitación y a las 22:30 se va a dormir.
Quién la dirige
El apartamento pontificio en el que debía vivir Francisco está ubicado en el tercer piso del Palacio Apostólico. El Papa lo visita los domingos cuando saluda por la ventana a la multitud que lo espera en la Plaza San Pedro y recita el Angelus del mediodía. El resto del tiempo, el argentino prefiere la Casa Santa Marta, construida en la década del 90 durante el pontificado de Juan Pablo II.
Santa Marta suele albergar de modo permanente a unas 30 personas, en su mayoría religiosos que se desempeñan en la Secretaría de Estado del Vaticano y también a algunos funcionarios laicos. Además, recibe a todos los obispos del mundo que viajan a por Roma por diversos motivos por algunos días.
El director de Santa Marta, monseñor Battista Mario Salvatore Ricca, que acaba de ser nombrado como secretario del Banco vaticano, está pendiente del Pontífice las 24 horas.
El Papa va y viene por Santa Marta como si estuviera en su casa. Apaga las luces cuando ve salones vacíos y cierra puertas y ventanas.
Seis monjas de la orden “Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul” cuidan del Papa. Mientras vivía en Buenos Aires, Jorge Bergoglio se hacía la cama todos los días. Y solo aceptaba ayuda una vez por semana cuando una colaboradora limpiaba su cuarto.
Aunque en Santa Marta el Papa lleva una vida sencilla, su decisión de alojarse allí ha transformado el lugar y ha convertido a la tranquila residencia en el centro principal del Vaticano y en el escenario de la Era Francisco.