Más de 24 escuelas del noreste del Valle de San Fernando, en California, reabrieron este lunes tras el devastador incendio Saddleridge.

El viento con cenizas o algún residuo de los incendios puede ser particularmente dañino para personas con enfermedades cardiacas o pulmonares, alertan las autoridades. En tanto, los bomberos siguen combatiendo las llamas, con una tregua de la naturaleza a su favor.

“Estamos con ustedes” o “La reconstruiremos juntos” son algunos de los mensajes que los vecinos han dejado en casas en Porter Ranch para mostrar su solidaridad con aquellos que lo perdieron todo por el fuego, contenido en más del 40% y que arrasó con ocho mil acres y 21 estructuras, viviendas en su mayoría.

En el momento de mayor voracidad, el fuego Saddleridge quemó unos 80 acres por hora. Una disminución en los vientos de Santa Ana permitió contenerlo en poco más del 40%; sin embargo, “quedan algunos pozos donde todavía hay altas temperaturas y cenizas que continúan ardiendo”, afirman los bomberos.

El distrito asegura que las escuelas abrirán mañana lunes en horario habitual y que las actividades luego de la escuela también se reanudarán con normalidad, sin embargo, las actividades escolares en exteriores si estarán limitadas tanto como sea necesario.

Hasta ahora, los incendios forestales han dejado tres muertos en sur de California. En el norte del estado casi dos millones de habitantes a tener electricidad luego de restablecerse las líneas. Autoridades consideran que el posible punto de ignición del incendio de Saddleridge puede haber sido una torre eléctrica.