Hay diferentes maneras y momentos de ejercitarnos. Hay quienes prefieren realizar el ejercicio por la tarde, cuando comienza a bajar el sol, por una cuestión de temperatura o de conveniencia con sus otras actividades. Y, por el otro lado, estamos los que preferimos realizar actividad física a primera hora de la mañana, cuando recién estamos comenzando el día.

Conocemos los efectos benéficos del ejercicio, bueno para nuestro corazón, para nuestro sistema musculoesquelético, para disminuir nuestro estrés, pero aún así es difícil que nos hagamos el ánimo de hacerlo regularmente y lo hagamos parte de nuestra vida. El ejercicio es importante en todas las etapas de nuestra vida, más aún en la tercera edad, ya que puede prevenir enfermedades crónicas, mejorar la sensibilidad a la insulina, ayudar a fortalecer los músculos, reducir el riesgo de caídas y fracturas, mejorar la densidad ósea, entre otras.

La dieta de las personas que realizan ejercicio o actividad física es muy diferente a la de quienes mantienen una vida sedentaria o sin actividad física habitual. Por eso si tomas la sana decisión de añadir ejercicios físicos a tu rutina, en primer lugar, notarás un cambio natural en tus hábitos alimenticios, y en segundo lugar, deberás incorporar otros cambios "a la fuerza" si quieres optimizar los resultados de tu ejercicio.

Caminar es uno de los ejercicios aeróbicos más simples, entretenidos, relajantes y buenos para nuestra salud. Caminar te ayuda a fortalecer los huesos, a controlar tu peso y a mantener en buen estado a tu corazón y a tus pulmones. Puede aumentar tu calidad y expectativa de vida con simplemente acostumbrarte y hacerte el hábito de caminar.

Las dietas, el gym, el deporte, pastillas…Tantos métodos que nos aseguran deshacerse de esos kilitos indeseados… Pero ¿por cuál iniciar? Tomar esa decisión es difícil, más aún si cada que escuchamos o leemos esas palabras queremos darnos por vencidos. Mejor empezar a bajar de peso con algo más sencillo. Aprende hoy cuántas calorías puedes quemar en un día cualquiera.

En este mundo sedentario, donde trabajamos gran parte del día sentados, o si nos movemos al final del día nos duele todo el cuerpo, hacer ejercicio es vital para sentirnos bien y poder seguir con nuestras actividades. Pero cuando queremos empezar a ejercitarnos muchas veces no pasamos de ese impulso, lo intentamos una vez y ya no seguimos, porque al otro día quedamos muy adoloridos o no sabemos cómo comenzar.