Un hombre de 26 años que decía ser agente de ICE fue sentenciado esta semana en California. Aseguró que decidió fingir ese cargo porque su exesposa lo retó diciendo que "no había hecho nada con su vida". Su motivación no es el único caso curioso de estos: el hijo de un capo mexicano y otros defraudadores también están en la lista.

Según registros, en 2017 casi 600,000 personas en el estado se quejaron ante la Comisión Federal de Comercio por estas llamadas, muchas de ellas con intenciones de estafas.

Con la ilusión de celebrar por todo lo alto los 15 años de su hija, una pareja de origen mexicano pagó una cuantiosa suma de dinero por una supuesta fiesta, pero la persona con la que hicieron el negocio no aparece y nunca dio respuesta alguna.

José E. Morales tuvo durante al menos 10 años una oficina de asesoría legal en inmigración en el popular barrio hispano de Westlake, por eso las autoridades creen que "hay muchas otras víctimas" que aún no lo han denunciado.

De acuerdo al FBI, personas de entre 30 y 39 años de edad, durante 2017, perdieron cerca de 190 millones de dólares en fraudes. La recomendación básica es no aceptar solicitudes de amistad ni entablar conversaciones con personas que no conoce, ya que los estafadores se ganan la confianza de las víctimas para luego robarles dinero.

José Morales fue arrestado por detectives del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) después de que una mujer denunciara que el sujeto trató de convencerla de tener relaciones sexuales a cambio de un descuento en servicios legales relacionados con el caso de inmigración de su esposo.