El incendio Woolsey ha destruido decenas de viviendas y obligado al cierre de varias autopistas principales en la zona, entre ellas la 101. Las autoridades han ordenado la evacuación obligatoria de zonas desde Calabazas (en Ventura) hasta el área de la Pacific Coast Highway (en Los Ángeles).

La cifra de víctimas mortales ha aumentado a 31, sumando las 29 del norte del estado y dos en el sur. Decenas de personas continúan en albergues, hasta donde ha llegado la comunidad para entregar ayudas.

Las autoridades del sur de California hablaron con las personas afectadas por llamas e informarlos sobre las labores de los bomberos por aire y tierra para combatir el fuego. La situación genera pánico entre quienes huyen para salvar sus vidas.

Más de 8,000 bomberos luchan contras los tres mortales incendios que devoran extensas zonas del norte y el sur del estado, dejando al menos 25 muertos, más de 100 desaparecidos y millonarias pérdidas materiales. El gobernador Jerry Brown pide al presidente Trump que declare área de desastre.

Los organismos de rescate trabajan sin descanso para intentar sofocar los incendios que están fuera de control. El área ha sido evacuada, mientras el fuego consume decenas de estructuras y deja pérdidas ambientales incalculables.

Uno de los voceros de la compañía señaló que los fuertes vientos que se presentan en el sur de California, sumado a las llamas que se están propagando, los tiene en máxima alerta y se podría suspender el servicio en ciudades como Lake Forest, Riverside, San Bernardino, entre otras.