Una "reaparición fortalecida" del narco y la presión de Trump: la seguridad será el mayor reto de AMLO en 2020

Las circunstancias que rodearon a uno de los mayores fracasos del gobierno de México este año, el fallido operativo para detener al hijo del narcotraficante Joaquín 'El Chapo' Guzmán, amenazan con repetirse y empañar el principal desafío del presidente Andrés Manuel López Obrador en 2020: reducir la violencia en un país donde cada día son asesinadas casi 100 personas.

La desastrosa operación que sembró el caos en plena tarde en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, fue ejecutada por efectivos de una Guardia Nacional en pañales, careció de una inteligencia bien articulada y arrojó luz sobre lo que analistas catalogan como una "reaparición fortalecida" del Cartel de Sinaloa con los sucesores de 'El Chapo' a la cabeza. Un cóctel que, de repetirse, entramparía los esfuerzos en materia de seguridad de López Obrador y forzaría cambios en una política que defiende con firmeza y que él mismo ha acuñado como una de "abrazos, no balazos".

"Diría que lo más urgente y grave es la parte de la seguridad", consideró en una conversación con Univision Noticias el experto en seguridad Erubiel Tirado, especialmente, enfatizó, al dar un vistazo a las cifras de homicidios dolosos con las que terminará este año el gobierno de López Obrador.

Aunque no hay disponibles las cifras oficiales de cierre del 2019, los homicidios dolosos ese año superaron los del 2018, el año más violento en la historia de México con 31,172 según los números de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Entre enero y noviembre del 2019, esa dependencia contabilizaba 31,688 homicidios dolosos.

"Aquí (López Obrador) lo está apostando todo a la maduración institucional de la Guardia Nacional (...) (y) cualquier cambio de maduración institucional no da resultados los primeros tres años, los resultados tangibles y sustanciales se ven a lo largo de cuatro o cinco años", explicó Tirado. Para el experto eso requiere que AMLO, acrónimo con el que se le conoce al mandatario, defina qué otras medidas debe poner en marcha para acompañar su estrategia de seguridad mientras "madura" la Guardia Nacional creada durante el primer a˜ño de su sexenio.

El hecho de que esa Guardia Nacional aún no es una máquina bien aceitada quedó en evidencia el 17 de octubre pasado, cuando en un cuestionado desempeño sus efectivos capturaron y luego dejaron en libertad a Ovidio Guzmán mientras en las calles de Culiacán delincuentes armados libraban una batalla con las fuerzas de seguridad.

Esa tarde, criticaron expertos, los efectivos de la Guardia Nacional "improvisaron" al llegar sin apoyo aéreo y sin bloquear las comunicaciones hasta el inmueble donde se guarecía Ovidio Guzmán. Al hijo de 'El Chapo' Guzmán se le vio incluso llamar por teléfono para pedir a sus hombres que "pararan todo" porque ya se "había entregado".

"El desafío principal, primero, es tener una conciencia real de cómo atacar y contener la violencia y es importante señalar que las estructuras de inteligencia de este país están desmanteladas o están operando en niveles de capacidad bastante miníma", dijo Tirado. "No se trata solamente de sacar a los soldados, llámese Guardia Nacional, llámese Ejercito, llámese Marina, esto debe estar sustentado por una visión de planeaciones y de inteligencia, primero estratégica, y luego táctica", abundó.

Trump amenaza y AMLO responde: ¿sucederá nuevamente en 2020?

La Guardia Nacional tampoco tuvo un papel relevante en los esfuerzos para esclarecer lo sucedido unas dos semanas después del operativo en Culiacán, cuando nueve integrantes de las familias mormonas de origen estadounidense LeBarón y Langford fueron masacrados en un remoto camino entre los estados de Sonora y Chihuahua.

La matanza no solo puso nuevamente en aprietos los esfuerzos en materia de seguridad de AMLO en casa, también llevó a los LeBarón a pedir al gobierno del presidente Donald Trump declarar a los carteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas, lo que fue considerado por el mandatario estadounidense.

"Estados Unidos está interesado en que no se detenga o que se reanude la persecución de los líderes del narco y del crimen organizado (...) Creo que veremos los próximos meses una reaparición en el escenario de las Fuerzas Armadas en este esquema de persecución de capos, y que esa será la variación que se vendrá como acompañamiento mientras madura la Guardia Nacional", explicó.

Horas después del asesinato de seis niños y tres madres de las familias LeBarón y Langford, Trump pidió a su par AMLO declarar una "guerra" contra los narcotraficantes. Luego anunció que estaba evaluando declarar a los carteles de la droga de México como organizaciones terroristas, enojando a su vecino que rápidamente gritó "cooperación sí, intervencionismo no".

Se trataba de la segunda vez en el año en que Trump ponía contra las cuerdas a México.

Lo hizo a mediados del año cuando amenazó con imponer aranceles a los productos mexicanos si López Obrador no contenía el flujo de migrantes que llega hasta la frontera de Estados Unidos, y de paso poniendo en jaque el remozado acuerdo comercial de América del Norte conocido en español como T-MEC. Cerca de 15,000 afectivos de la Guardia Nacional y del Ejército fueron desplegados en el norte mexicano para cumplir con la exigencia de la Casa Blanca.

Los focos alumbran otra vez a la violencia del crimen organizado

Guadalupe Correa, profesora de George Mason University y autora de Los Zetas Inc., conversó recientemente con Univision Noticias y se cuestionó la seguidilla de los "episodios violentos masivos" vinculados a organizaciones criminales en los últimos meses. Su línea de pensamiento coincide con lo esbozado por el analista Tirado respecto a cómo los focos han sido puestos sobre la violencia relacionada con estos grupos.

Correa habló sobre lo ocurrido en Culiacán con Ovidio Guzmán, en Sonora con los LeBarón y el brutal choque armado a inicios de diciembre en el municipio Villa Unión, en el norteño estado de Coahuila cerca de la frontera con Estados Unidos, perpetrado por presuntos miembros del Cartel del Noreste.

"Es interesante ver cómo estos eventos que son masivos como el tema de Culiacán, de los LeBarón y ahora el tema de Villa Unión, que son eventos demasiados escandalosos, ya no estaban siendo cubiertos, es lo que me llama la atención", acotó.

"Estos episodios violentos masivos pareciera ser que también llama a que continúe esta cobertura masiva con el tema del narco, a revivir el tema del narco. La pregunta es, ¿por qué? ¿Quién? ¿En realidad es porque estaban peleándose por las rutas de droga o porque están llamando a que los medios sigan cubriendo esto y que esto se vuelva el tema de la campaña electoral del 2020. Esa es mi pregunta", se cuestionó.

Cuando asumió el poder a inicios del 2019, López Obrador aseguró que su intención no era "armar operativos contra los capos" y que la columna vertebral de su política de seguridad sería reducir la inseguridad "atendiendo las causas". Es decir, acortar brechas sociales como la pobreza y desigualdad.

Un giro de 180 grados al enfoque de su predecesores Felipe Calderón, quien emprendió una "guerra contra el narco", y Enrique Peña Nieto, quien la continuó, llevando las cifras de homicidios a niveles sin precedentes para México. Ahora, adoptar una política similar en medio de la posible presión de Washington podría recrudecer aún más la violencia, consideró Tirado.

"Ese es uno de los escenarios posibles, aquí aparecería otro reto para el gobierno, que para no repetir y diferenciarse de los esquemas anteriores –Calderón/Peña Nieto– estas acciones punitivas de reaparición de las Fuerzas Armadas deben ir acompañadas de otras acciones y supervisión para que no haya violaciones a los derechos humanos, que se apliquen los protocolos o que si hay excesos se investiguen y se castiguen", detalló.

"Reverdecimiento" del Cartel de Sinaloa y las disputas entre narcos

Si bien AMLO ha buscado centrar su agenda en los asuntos sociales, la seguridad plantea retos en varios frentes que posiblemente acapararán su agenda el próximo año. Otro de ellos es lo que Tirado denomina un "reacomodo" en las zonas de interés o de influencia de los carteles de la droga y el crimen organizado que también secuestra y extorsiona.

Ya ocurrió en 2019, por ejemplo, en el límite de Sonora y Chihuahua, donde la matanza de los LeBarón se debió según las autoridades a una disputa territorial (la familia ha refutado esa hipótesis), y en Coahuila donde los criminales habrían buscado, también de acuerdo con las autoridades, asegurarse una ruta clave del tráfico de armas y drogas a Estados Unidos.

"Si usted cruza los datos (de violencia y homicidios dolosos) podrá detectar que hay zonas en disputas, que son reacomodos de las zonas de interés, de influencia, de los carteles como Jalisco Nueva Generación (...) y este reverdecimiento o reaparición fortalecida de lo que era el Cartel de Sinaloa con los sucesores de 'El Chapo'. Entonces hay zonas que no solo se están reacomodando en términos de influencia sino que se están reconfigurado en términos de disputas por influencia de esos dos carteles", explicó.

"Estas cosas se tienen que anticipar. El problema es que como le mencionaba (Guadalupe) Correa, cuando se ven cosas como las de Villa Unión es porque ya ha habido un proceso de larvamiento de la situación violenta de cuando menos dos años atrás y cuando vemos que estaba haciendo el gobierno dos años atrás resulta que nada", acotó.

Mira también: