El abandono paterno es un fenómeno común en la sociedad, pero tiene consecuencias en la vida de los hijos que necesitan ser identificadas para tener un desarrollo emocional sano.

La llegada de un bebé es una experiencia inigualable, tu vida se llena de carcajadas y momentos mágicos. Aunque también tienes que aprender a caminar en un piso lleno de juguetes, a apreciar el arte hecho con crayones en tus paredes y a no perder la paciencia cuando el jugo se derrama.

Traer un bebé al mundo es la mayor felicidad de la vida y también el proceso más difícil, sobre todo para las mujeres. Todos los cambios corporales que conlleva el embarazo, la incomodidad de los últimos meses, los cambios de humor debido a las hormonas y, por último, el dolor del parto, pueden causar estragos en tu salud mental. Después, el cuerpo sigue haciendo las cosas complicadas, mientras vuelve a su estado anterior.

El hecho de despertar una vez durante la noche para orinar es normal, no indica ningún problema de salud. No obstante, si te levantas varias veces en la madrugada para hacer pis, debes consultar a un médico y realizar exámenes para descartar o confirmar posibles enfermedades.

Invariablemente tus hijos discuten; uno tomó algo que era del otro y ya se pelearon, ¡otra vez! Los hermanos y hermanas necesitan aprender a llevarse bien, a convivir y a respetarse. Hay muchos factores que pueden intervenir en la forma en que se relacionan entre sí. Las diferencias de edad, personalidad, género, espacio y hasta el orden en que llegó cada hijo, pueden afectar su vínculo.

En una época en la que podemos ver tanta diversidad en las familias, es desconcertante cómo la desinformación sigue fomentando estigmas alrededor de los hogares homoparentales o lesbomaternales. La ciencia se ha dedicado por años a desmitificar las "hipótesis" que colocan a las familias conformadas por dos madres o dos padres en desventaja.