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No más peleas en casa: 10 consejos para una convivencia sana entre hermanos

Invariablemente tus hijos discuten; uno tomó algo que era del otro y ya se pelearon, ¡otra vez! Los hermanos y hermanas necesitan aprender a llevarse bien, a convivir y a respetarse. Hay muchos factores que pueden intervenir en la forma en que se relacionan entre sí. Las diferencias de edad, personalidad, género, espacio y hasta el orden en que llegó cada hijo, pueden afectar su vínculo.

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Aquí hay 10 cosas que puedes hacer para ayudarles a llevarse bien.

#1 Pon límites razonables

Que queden claras las reglas, cada quien mantiene brazos y piernas para sí mismo y no se vale pegar, jalar, empujar, gritar y en general agredir a cualquier otra persona, bajo ninguna situación.

#2 En lugar de ser juez, sé una buena guía

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Están en el mismo equipo, incluso cuando alguien se porta mal. No dejes que te pongan en el lugar de decidir quién tiene la razón, no se trata de ver quién tiene la culpa, sino de resolver las diferencias y aprender a perdonar. Mantente lejos de juicios sobre lo que está bien o mal, eso solo lleva a peleas de poder, mejor enséñales que más vale tener paz, que tener la razón.

#3 Invítales a tomar turnos y autoregularse, ser generosos

Promueve que tomen turnos para los objetos y juguetes de uso común, sin que tú tengas que forzarlos a compartir. Enséñales a ser generosos con la otra persona para que cuando desocupen el objeto en disputa lo ofrezcan a la otra persona. Solicita que se pidan las cosas entre sí con un "por favor", por ejemplo: «Hermano, ¿ya terminaste de usar el videojuego? ¿Lo puedo usar ahora yo, por favor?»

#4 Averigua qué los tiene enojados

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A veces un pequeño enojo puede crecer como una bola de nieve y perdurar mucho tiempo. Para evitar que las situaciones escalen, averigua de dónde viene la molestia y busquen soluciones como familia. Lo primero es aceptar y validar que los sentimientos están ahí por alguna razón. a veces el enojo es una forma de proteger a la persona y abajo hay dolor, frustración o miedo. Ayúdale a tus pequeños a descubrir sus emociones y platicarlas.

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#5 Busquen distintas posibilidades

Deja que tu hijo te cuente sus preocupaciones relacionadas a sus hermanos y busquen juntos las soluciones que le gustaría que pasaran. Pueden dibujar soluciones, hacer una lluvia de ideas de cómo arreglar las cosas. Hacer juegos creativos de rol o escribir un guión de lo que le dirían a la otra persona.

#6 Ayúdales a conversar sobre sus emociones

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Si hay diferencias entre los hermanos, ayúdales a expresar esos sentimientos y a buscar formas de curar las heridas. Enséñales a negociar formas en que los dos puedan encontrar un punto medio en que se sientan a gusto en la convivencia.

#7 Escriban siempre que las palabras no alcancen

Esto es algo que puede hacer toda la familia. A veces es complicado hablar las cosas. Déjense recaditos diciendo lo maravillosos que son, o mándense cartitas explicando por qué están tristes. Para los más pequeños, los hermanitos mayores pueden ayudarles a escribir lo que dictan, o pueden intentar expresarse con dibujos. Intercambien notas de agardecimiento y acepten lo que sea que la otra persona les haya escrito, esto hará que las conversaciones sobre emociones se vuelvan más fáciles y fluidas.

#8 Siempre es un buen momento para empezar

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Si es algo nuevo que no hacían antes, cualquier momento es bueno para empezar a compartir emociones. Hagan un chequeo diario de cómo se sienten, qué sienten en el corazón, y qué sienten en la panza.

#9 Cada uno es único y especial

Nunca por nada del mundo los compares, ni por tus mejores intenciones, ni para motivarlos, ni para nada. No funciona, invariablemente crearás resentimiento y conflictos entre ellos. De la misma forma, asegúrate de que cada uno entiende que es diferente y eso está bien, por lo mismo cada uno necesita tiempo y atención a solas contigo, así como espacio personal que deben de respetar unos a otros.

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#10 Y apliquen siempre la regla de oro

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Enséñales a tratar a los demás como esperen ser tratados. Puedes dar el ejemplo para indicarles cuál sería la forma aceptable de hablarse unos a otros, con suavidad y entusiasmo.

Algunos hermanos o hermanas tienen más afinidades que otros, puede ser que de pequeños al no saber gestionar sus emociones y necesidades terminen peleándose. Con la edad, esas peleas poco a poco irán convirtiéndose en discusiones y cada vez se acercarán más a una negociación para la resolución de conflictos. Seguramente si pones en práctica estos consejos, tus hijos comenzarán a llevarse mucho mejor en poco tiempo porque podrán limar asperezas y aclarar expectativas con facilidad. Aún así recuerda, que todo depende de la edad y capacidades de cada uno, así como de la constancia que tengas para poner en práctica estos tips.

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