¿A qué madre le sobra el tiempo? En realidad, ¡nos faltan horas en el día para hacer todo lo que queremos! Todas las madres somos mamás ocupadas, ya sea que solo nos dediquemos a criar hijos o que además trabajemos fuera de casa.
Si las madres cuidamos de nosotras haciendo esto también cuidaremos de nuestros hijos

Primero pensamos en nuestros hijos y luego en nosotras, y por eso mismo es que con facilidad descuidamos nuestra alimentación. Pero ¡cuidado! Si no cuidamos nuestra alimentación es posible que tampoco cuidemos la alimentación de la familia, ¡no está bien ni una cosa ni la otra! En este sentido, es importante invertir el orden de las cosas: primero debemos cuidar de nosotras para poder cuidar mejor a la familia.
Yo también soy mamá, y no tengo mucho tiempo para cocinar pero... estos consejos comestibles me han ayudado a cuidar mi cuerpo y mi salud.
#1 Tener frutos secos a mano

Es posible que por la mañana puedas desayunar, pero cuando llega el mediodía y no has vuelto a probar bocado tu estómago empieza a pedir alimentos para recuperar energía.
Para no caer en la tentación de comer algo rápido y poco sano, este es mi consejo: lleva un pequeño bote con frutos secos en tu cartera o ten una porción en casa y siempre a mano. Estos pequeños alimentos te aportarán energía y te ayudarán a continuar con tus tareas hasta el almuerzo.
#2 Comer fibra cada día

Los alimentos con fibras como verduras, frutas, avena, entre otros, generan saciedad cuando los comemos y por eso son ideales para cuidar nuestro peso. Pero también ayudan a regular los niveles de azúcar en sangre y a fortalecer el corazón.
Seleccionar muy bien lo que comes te ayudará a cuidar de tu cuerpo y salud.
#3 Consumir menos "comida chatarra"

La llamada "comida chatarra" es sabrosa y su aroma siempre nos tienta, pero el consumo diario o semanal nos perjudica. Esto lo sabemos casi que de memoria, pero nunca lo recordamos cuando la compramos.
No se trata de nunca comer alimentos que contienen grasas saturadas o dulces, pero intenta reducir su consumo a una vez a la semana o una vez al mes.
#4 Ser exigente con las grasas que consumes

Todas necesitamos un poco de grasas insaturadas en la dieta (tus hijos también) como los ácidos omega-3, que son esenciales para que el cerebro desarrolle sus funciones vitales.
Consume más a menudo pescado, huevos, frutos secos y aceite de oliva.
Al seguir estos sencillos consejos estarás incorporando hábitos saludables y dando un buen ejemplo a tu familia de cómo querer y cuidar su cuerpo. Recuerda que las madres somos las mayores responsables de cuidar la salud de nuestros hijos, y si nosotras no estamos bien tampoco lo estarán ellos.









