Trump volverá a presionar al Congreso para que apruebe una reforma que le permita sacar adelante su dura política migratoria y con ello cumplir las promesas que le hizo a sus electores durante la campaña: construir el muro, aumentar los arrestos y acelerar las deportaciones de indocumentados.

Además de la redada sorpresa de este jueves en Morristown, Camila Herrera, miembro de Immigrant & Refugee Rights Coalition, asegura que Inmigración ha hecho solicitudes de documentos e incluso visitas sorpresas a las viviendas de inmigrantes en el estado.

El Servicio de Inmigración y Aduanas indicó en un comunicado que su organización en conjunto con el Departamento de Seguridad Nacional, el Servicio de Rentas Internas y la Patrulla de Carreteras de Tennessee ejecutaron un allanamiento y encontraron a varias personas que podrían ser deportadas. Testigos relataron que decenas de oficiales los cogieron por sorpresa y comenzaron a pedir documentos.

El presidente quiere que el Congreso elimine trabas legales que prohíben al gobierno federal deportar a niños centroamericanos e impedir, que aquellos que piden asilo, sean presentados ante una corte de inmigración para que un juez decida sus futuros en Estados Unidos.

Tras el caso de José Barberena, el inmigrante deportado y devuelto de Nicaragua, es analizado por un abogado de inmigración y por el activista Julio Calderón, quien asegura que los arrestos a inmigrantes han aumentado en las últimas semanas.

El plan aumenta el cerco que el gobierno de Donald Trump ha tendido sobre indocumentados desde que llegó a la Casa Blanca para cumplir una promesa de campaña de deportar a los 11 millones de inmigrantes sin papeles.