Tras atacar a las mujeres, el pequeño intentó defender a su madre por lo que fue herido presuntamente por su padre. Al darse cuenta que la vida del menor corría peligro lo llevó a un hospital donde fue detenido.

A pesar de que los padres del afectado lo llevaron al hospital al ver que el menor de 13 años no dejaba de vomitar, en el centro de salud lo dieron de alta casi de inmediato. Al volver ser internado cuando los malestares no pararon, el niño terminó perdiendo la vida.

Alejandra Ciappa cuenta que cuando llegó a ayudar todo era gris, vio muerte y la esperanza de la vida entre los escombros durante el atentado en 2001.

Ocurrió en un albergue en Brooklyn donde actualmente se alojan decenas de migrantes que llegaron en autobuses desde Texas. El Departamento de Servicios para Desamparados de la Ciudad de Nueva York se negó a comentar sobre el incidente, pero dijo que allí no toleran ningún tipo de violencia.

Óscar Ayala regresaba a casa en el metro cuando fue atacado por un pasajero el pasado 13 de marzo. "No es justo que le hayan quitado la vida a mi hijo", dice entre lágrimas su madre al pedir ayuda para encontrar al culpable y que este responda ante la justicia.

Las autoridades indicaron que los menores se encontraban sin el cuidado de un adulto cuando se activó el arma, hiriendo a la niña, quien terminaría perdiendo la vida. Se ha abierto una investigación para deslindar responsabilidades en contra de los adultos responsables de los pequeños.