48 horas. Ese es el tiempo que le tomó a los líderes del Partido Republicano hablar de sus posturas sobre los tuits del mandatario contra cuatro congresistas demócratas. Este martes la Cámara de Representantes votará una resolución de condena a ese verbo, pero algunos de los aliados de más alto perfil en el Congreso se inclinan a darle su apoyo al mandatario.

El expresidente republicano de la Cámara de Representante, quien se retiró en 2018, declara en un libro a punto de publicarse que tras trabajar dos años con Trump no podía con la idea de otros dos años haciéndolo y vio su salida del Congreso como la "escotilla de escape".

Larrison Campbell pidió pasar el día con tres aspirantes a la gobernación de Mississippi para documentar sus campañas. Dos aceptaron, pero el equipo de Robert Foster le contestó diciendo que no, debido al hecho de que es mujer, y que solo aceptaría si un colega la acompañaba. "Hice un voto con mi esposa de no estar solo con alguien del sexo opuesto".

El vocero de campaña de la demócrata de Kentucky informó que la suma de dinero se convirtió en récord, al ser la mayor cantidad recaudada el primer día de una candidatura en el Senado; incluso superó a la de su colega demócrata, el astronauta retirado de la NASA Mark Kelly.

El diplomático británico Kim Darroch, además, aseveró que el mandatario es disfuncional, irradia inseguridad y que su carrera podría terminar “en la vergüenza”. Finalmente, agregó que las discusiones en su gabinete son “peleas de cuchillos”. A estas declaraciones se suman las del congresista Justin Amash, quien abandonó el Partido Republicano y afirmó que muchos de sus compañeros, en privado, lo apoyan en su idea de ser leal a la Constitución y no necesariamente al presidente.

"Fieles a los temores de (George) Washington, los estadounidenses han permitido a los funcionarios del gobierno (...) ignorar los principios más básicos de nuestro orden constitucional: la separación de poderes, el federalismo y el estado de derecho", dice Amash.