Cuando los niños empiezan a crecer y a querer imponer su voluntad, es posible que se enfaden con sus padres porque no aceptan sus pensamientos o sentimientos y les digan "te odio".

Los abrazos constituyen una de las formas de expresar los sentimientos y de encontrar alivio a las tensiones y aflicciones.

Sí, aunque nuestras madres nos hayan vuelto locas toda la vida con sus “compórtate bien”, “lleva un abrigo” o “ponte protector solar”, sus consejos siempre fueron útiles y si hay algo que sabemos es que mamá tenía razón.

Ni tú ni yo tenemos dudas de la gran conexión entre madre e hijo, ¿verdad? Pero, parece que esa conexión pasa fronteras que nosotros ni siquiera nos habíamos imaginado, porque no solo tiene que ver con el amor que nos sentimos, sino que en verdad nuestros cerebros están conectados. Sí, como acabas de leer, hay células de los hijos que viven en el cerebro de las madres, según descubrió un estudio reciente. Quieres saber todos los detalles, ¿cierto? Pues, vamos que te cuento...

Las luchas de poder con los hijos suelen darse cuando estos quieren imponer su autoridad, y aunque están presentes en todas las etapas evolutivas, es posible que tengan más intensidad en la adolescencia. Muchos padres entran en este juego insano para lograr que los hijos obedezcan, pero esta no es la mejor manera de tratar a los hijos y mucho menos de conseguir que las cosas vayan bien.

Si quieres que tu hijo diga la verdad, además de dar ejemplo tendrás que alejarte de los castigos o de los reproches. Muchos padres reaccionan casi de forma instintiva castigando cuando un niño hace algo mal. Si quieres que tus hijos sean honestos, debes saber que la amenaza del castigo sólo conseguirá el resultado contrario.