¿Por qué mi hijo dice que me odia?

Cuando los niños empiezan a crecer y a querer imponer su voluntad, es posible que se enfaden con sus padres porque no aceptan sus pensamientos o sentimientos y les digan "te odio".

Aunque escuchar "te odio", "no te quiero", "eres lo peor" son frases que causan dolor a los padres, no dejan de ser expresiones que manifiestan el nivel de frustración que siente el niño ante una decisión de sus padres. Podríamos decir que cuánto más alto es el nivel de frustración de un niño para con sus padres, más hirientes son sus palabras para con ellos.

Si no quieres que tus hijos “te odien”, tienes que...

Asegúrate de que comprendes a tu hijo 

Cuando tu hijo pide algo pero te niegas sin preguntar antes "por qué lo quieres" o "cómo te hará sentirte si lo tienes", el niño interpreta la respuesta como una falta de interés tuyo por sus sentimientos y falta de comprensión. "Mis padres no se han tomado ni siquiera el trabajo de ponerse en mi lugar para entender por qué les pido algo", puede pensar el niño, y el no sentirse comprendido por sus padres es para él una forma de rechazo, la que puede generarle frustración y un consecuente "te odio".

Cuando tu hijo te pida algo o tú quieras explicaciones de su modo de actuar, hazle preguntas antes de darle una respuesta. Averigua con tu hijo qué lo motiva a hacer su reclamo para estar segura de que verdaderamente comprendes lo que siente.

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Acepta sus sentimientos

Por más que pienses que tu hijo actuó mal al tener cierta conducta o que no es propio para su edad que haga ciertas cosas, debes aceptar que él realmente ha sentido hacer lo que hizo. Que no te guste a ti no significa que eso vaya a borrar lo que él siente.

El no aceptar los sentimientos de tu hijo, el reírte de lo que piensa, el criticar su forma de ver las cosas, y el no respetar sus decisiones, puede hacer que en una conversación tu hijo te diga "te odio". Tal vez él no esperaba recibir tu aprobación por lo que hizo, pero sí deseaba que no juzgaras su elección, que te pusieras en su lugar y que lo guiaras, pero al no encontrarse con esa reacción fue tanta la frustración que sintió que te dijo esas feas palabras.

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Si recibes un "te odio" de parte de tu hijo, no te cierres en tus pensamientos de "soy una mala madre". Acostúmbrate a escuchar realmente a tu hijo, a preguntarle qué siente o por qué actúa de determinada manera antes de juzgarlo y despertar en él sentimientos de rechazo.