No es la primera vez que los padres acuden a mí como psicopedagoga para decirme y quejarse de que sus hijos no les escuchan. Sienten que no les hacen caso o que de repente se quedaron sordos ante sus órdenes o palabras.
¿Por qué parece que tu hijo adolescente no te escucha?

Si eres padre o madre de un adolescente estoy segura que alguna vez has tenido esta sensación de que tu hijo de repente dejó de escucharte. No te preocupes porque esto no es cosa de tu imaginación, porque es cierto que los adolescentes de vez en cuando “desconectan” para no escuchar aquello que les causa dolor.
Si les hablas mal, te dejará de escuchar
¿A ti te gusta cuando las personas te dicen cosas desagradables o únicamente reprochan tu conducta sin siquiera intentar entender qué te ocurre? Más o menos esto es lo que les ocurre a los adolescentes.
Hay estudios que demuestran que cuando un adolescente o adulto joven no para de escuchar negativas, su experimenta emociones negativas y ante esta frustración simplemente el cerebro decide dejar de escuchar o intentar comprender qué es lo que le están diciendo.
Los adolescentes al escuchar los mensajes desagradables de sus padre “desconectan” de la conversación casi de forma automática.
En este caso los padres sienten que los hijos están siendo irrespetuosos, pero esto va más allá de su control. Los adolescentes no necesitan escuchar negativas constantes para poder desarrollarse adecuadamente. Ellos no necesitan escuchar tus preocupaciones mal canalizadas, ni tampoco tienen por qué soportar tu insatisfacción personal.

Si le hablas bien, te escuchará
A veces cambiando el tono y el contenido del mensaje es más que suficiente para que los hijos adolescentes vuelvan a “conectar” y a escuchar aquello que le estás diciendo.
En este sentido vale la pena replantear las dudas acerca del comportamiento que está teniendo tu hijo adolescente, pero sobre todo el comportamiento que estás teniendo tú con ellos y la forma de diálogo que acostumbras a tener con tus hijos.
Resulta positivo dejar de llamar a los adolescentes con etiquetas despectivas como por ejemplo; “desordenado” o “perezoso”, y cambiarlo por un discurso que muestre la preocupación acerca de su desorganización o de su comportamiento inadecuado. Esto hará que realmente escuchen lo que estás diciendo, si les insultas simplemente dejarán de prestarte atención.
La buena comunicación con los hijos a cualquier edad (y sobre todo en la adolescencia) es imprescindible para tener una armonía en el hogar.








