Cuando pensamos en una persona de espíritu libre puede que enseguida imaginemos alguien despreocupado o desinteresado por los asuntos del día a día.

Con frecuencia solemos pensar que tenemos cosas que «arreglar» o «mejorar» de nosotros mismos. Es más, tendemos a ser bastante exigentes con respecto a nuestras propias reglas y obligaciones. Como consecuencia, muchas veces nos vemos extenuados y confundidos.

El sonido habilita una conexión con nosotros mismos y con otras personas. Si nos permitimos fluir en él, veremos que actúa a niveles más profundos de lo que imaginamos. En ocasiones, las terapias alternativas suelen trabajar desde lo sutil sin que podamos (al menos en primera instancia) reconocer los cambios que se producen en nosotros.

Cada vez más personas se vuelcan a distintas alternativas a la medicina convencional. En este sentido, uno de los tratamientos más difundidos es la acupuntura. La acupuntura es una práctica que se lleva adelante hace miles de años en la Medicina Tradicional China y tiene como finalidad aliviar dolores corporales, desbloquear energías e incluso curar ciertas enfermedades.

Vivimos en un mundo en el que se nos ofrece de todo de forma constante. Si quisiéramos no podríamos ver, oír, oler y sentir todo lo que estimula nuestros sentidos a diario. En consecuencia, no son pocos los que experimentan esa sensación desagradable de que «falta tiempo» o de que «las horas del día no alcanzan para hacer todo lo que hay que hacer».

Te sientes bloqueado, atrapado; estás en un cuarto oscuro y sientes cómo las paredes se van cerrando cada vez más hacia ti. No sabes cómo detenerlo o cómo salir de ahí. Así se siente el miedo. No importa qué situación lo detone: si tú te sientes en peligro por ello, es real y nadie debería subestimarlo. Ni siquiera tú.