Cada mujer tiene características propias que la hacen única. Ahora, es probable que las que deciden convertirse en madres observen cambios en su personalidad, y en su forma de ver y sentir el mundo.
4 signos de que eres una madre emocionalmente fuerte


Algunos aspectos se potencian y otros disminuyen, mientras que otros tantos se transforman por completo. Sin embargo, es posible distinguir ciertos signos que todas las mamás emocionalmente fuertes tienen en común. Descúbrelos a continuación.
1. Prestan atención a los sentimientos de los niños

El nerviosismo y el estrés componen uno de los polos en los que muchas madres tienden a caer cuando se encuentran en situaciones conflictivas. Del otro lado del espectro, podemos ver algunas mamás que tienden a estancarse y experimentan dificultades para avanzar.
En cambio, las mamás emocionalmente fuertes cultivan la conexión con sus pequeños sin perder el eje. Son capaces de generar una distancia prudencial con el afuera que les permite aislar su atención momentáneamente de los factores que pueden alterar su humor, y saben focalizar su atención en las emociones de sus hijos. Esta disponibilidad emocional (y física) para con sus hijos contribuye en gran medida a serenarlos sin importar la gravedad de la situación.
2. Saben poner límites

Cuando pensamos en límites es probable que imaginemos una madre regañando a su hijo. Pues lo cierto es que una madre emocionalmente fuerte entiende que los límites deben colocarse desde el amor. Sabe que los gritos y las peleas no solo no resuelven las situaciones problemáticas, sino que las potencian.
Esta habilidad las ayuda a sobrellevar los conflictos porque se liberan de la vergüenza y la ansiedad, que suelen incomodar bastante (sobre todo en lugares públicos). Comprenden que no hay que «arreglar» nada y que cuanto más cariño demuestren más sencillo será que el pequeño comprenda los límites que debe seguir.
- Te puede interesar: «Mascotas y la salud física y emocional de los niños»
3. No generan ni fomentan el drama

Para una madre emocionalmente fuerte, la armonía del hogar es un aspecto clave de su vida. En consecuencia, sabe con certeza que un ambiente armonioso depende casi totalmente de las personas que lo habiten.
Por esta razón, no busca la atención y el reconocimiento de su hijo desde el enojo o la tristeza. En todo caso, se siente segura del rol que le toca cumplir como madre y procura mantenerse en paz. Para lograrlo en la práctica, evita generar situaciones de tensión y estrés, intenta no fomentarlas y tiende a buscar el equilibrio, tanto en sí misma como en su vínculos.
4. Se expresan de forma auténtica

En ocasiones, muchas mamás tienden a decir «sí» cuando quieren decir «no» o viceversa. Este comportamiento no solo va en detrimento de su propio bienestar emocional, sino también del de sus hijos. Los mensajes ambiguos pueden generarles confusión, tanto en el presente como en un futuro.
Aprender a comunicarnos de forma auténtica nos conecta con nuestros deseos y constituye una forma interesante de demostrarle a nuestros pequeños la importancia de ser leales a nosotros mismos.
Cuando logramos ver que nuestra fuerza y determinación no depende del comportamiento de nuestros hijos, somos capaces también de fluir con mayor ligereza durante las situaciones conflictivas que se dan en la vida cotidiana.
La presencia, los límites desde el amor, una comunicación franca y la conexión que podamos generar con nuestros hijos son algunos de los pilares fundamentales que nos permitirán mantener el centro. Además, nos permiten comprender las emociones de nuestros hijos y guiarlos en su proceso de crecimiento y descubrimiento del mundo. Y tú, ¿conoces mamás emocionalmente fuertes? ¿Eres una de ellas?









