El porte y carisma para los escenarios de Eiza González no son cualidades que se desarrollan al azar. La ansiedad, el estrés y los nervios también se apoderan de ella de vez en cuando, pero para manejar esos sentimientos recurre a algo infalible: la meditación con sus amigas.

Estás que 'revientas' y apenas es medio día, pero el enojo es justificado: la alarma no sonó, el tráfico estaba horrible y, para colmo, tu jefe quiere ver la propuesta que te rechazó meses atrás y que, claro, eliminaste de la computadora. Antes de que 'mates a alguien con la mirada' o tu lengua se convierta en 'serpiente', intenta realizar estas posturas de yoga.

En lugar de cánticos, mantras de la India o música instrumental relajante, en una clase de yoga de la ira esperarías escuchar géneros como rock, blues, metal. En lugar de beber agua con jengibre y limón después de una clase, puedes beber cerveza mientras tomas una de estas clases, que tienen lugar en la parte de atrás de un bar. Como si eso fuera poco, puedes maldecir mientras exhalas: una manera efectiva de dejar ir los sentimientos de rabia.

En un mundo donde predomina la masculinidad, las mujeres podemos hallarnos desconectadas de nuestra energía femenina. Vivimos en una sociedad que exige progreso y lucha, cualidades masculinas que ya poseemos, pero de las que está bien necesitar un descanso.

Todos queremos ser felices. Una vez que las necesidades básicas están cubiertas (salud, alimento, higiene personal, un techo sobre la cabeza), el ser humano se pregunta por qué no es más feliz. Y en esa búsqueda de la felicidad es que se pierde, obteniendo más dinero y más experiencias placenteras, muchas veces, sin éxito.

El yoga puede ser una gran ayuda para controlar el estrés a largo plazo. Todas las personas lidiamos con situaciones de estrés y es la manera en que las manejemos lo que determinará si se convertirán en un problema acumulado o si las sobrepasaremos sin consecuencias.