La trata de personas es un delito que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, incluidos el trabajo forzoso y el sexo. Según indica el sitio de las Naciones Unidas, la Organización Internacional del Trabajo calcula que casi 21 millones de personas en el mundo son víctimas del trabajo forzoso.

Del 5 al 21 de agosto se celebran en Rio de Janerio los Juegos Olímpicos 2016, una cita que, al igual que sucediera con el Mundial 2014, vuelve a provocar el debate acerca de las nefastas consecuencias sociales de un país en el que la desigualdad social y el auge económico cabalgan juntos durante los últimos años.

La semana pasada el circo llegó a la ciudad de Cleveland, Ohio, en Estados Unidos. Cuando digo circo me refiero a la RNC, o la Convención Nacional Republicana. Pero, además, cuando digo circo no me refiero a uno de esos que te emocionan o hacen reír. Me refiero a la cantidad de espectáculo y payasadas que nos dejó.

Los Juegos Olímpicos modernos seguramente serán muy diferentes a cómo eran en la antigua Grecia. A simple vista podríamos incluir las ceremonias de apertura en esas diferencias, por razones obvias de eras. Pero no sé yo, si las nuestras son más espectaculares que las que podrían haber realizado los antiguos griegos, también conocidos como los amos absolutos del drama.

Una campaña mediática que consta de fotos de celebridades indias modificadas para que parezca que fueron víctimas de armas de perdigones, está dando de qué hablar en las redes sociales.

Bajo la premisa de evitar la “glorificación póstuma”, muchos de los más importantes medios de comunicación en Francia, han decidido no seguir mostrando las fotografías de los responsables de atentados terroristas.