Según las autoridades, Jazmin Paez, de 18 años, ingresó a una página de internet para contratar a un sicario; sin embargo, quien estaba del otro lado de la pantalla era un detective encubierto. Tras hacer el supuesto trato, el agente entregó un reporte policial en el que contó que la mujer acordó pagar 3,000 dólares para que se llevaran lejos a su hijo de 3 años y los mataran lo antes posible. La acusada fue dejada en libertad tras pagar una fianza de 15,000 dólares.

Las autoridades precisaron que madre e hijo se enfrascaron en una discusión que escaló hasta un altercado físico. Al llegar las autoridades, la mujer estaba tendida en un charco de sangre y fue declarada muerta en el lugar.

Las autoridades precisaron que el menor llamó a los servicios de emergencia y aseguró que su madre estaba siendo golpeada con el bate, luego de que la víctima estuviera hablando por teléfono con una amiga. La mujer aseguró que el pequeño le pedía a gritos que se detuviera porque la estaba matando.

El centro de salud explicó en un comunicado que el gusano llegó hasta el cuerpo del hombre luego de que un mosquito picara a un animal infectado con dirofilariasis -una enfermedad rara en humanos- y luego lo transmitió a la víctima, dejando larvas del parásito en su organismo.

Aunque muy pocos conocen su nombre, son millones los que cada año escuchan a Ricardo Cuenci durante las fiestas navideñas. Este venezolano fue la voz del villancico 'Burrito Sabanero' y, contrario a lo que muchos piensan, la fama de esta canción no se tradujo en éxito para la vida del intérprete, quien solo recibió una bicicleta como pago por su trabajo. Ahora, 50 años después de la creación de este emblemático tema, Cuenci pide ayuda para darle una vida digna a su familia.

Efraín López era un inmigrante guatemalteco de 29 años que trabajaba como agricultor en una finca en Homestead, Florida; sin embargo, las altas temperaturas a las que se vio expuesto durante su jornada laboral le ocasionaron un golpe de calor que acabó con su vida. Tras esta situación, trabajadores agrícolas piden a sus patrones tener consciencia y darles agua, sombra y descanso.