Si hay un hecho que marca un antes y un después en la vida de todas las personas es tener un hijo. Traer a alguien a este mundo significa que ya no somos solo uno, sino que hay una pequeñísima personita que depende 100 % de nosotros.

Puede que tú estés separada de él, pero tu hijo lo necesita.

Dicen que la responsabilidad se debe empezar a enseñar a los niños cuando tienen tres años y que es desde los tres a los doce años cuando se deben potenciar las conductas y los comportamientos responsables.

Hay muchos libros escritos sobre el embarazo y las mujeres, pero la información se reduce cuando tiene que ver con el padre y el embarazo. Es obvio que un hombre no se embaraza, pero sí puede acompañar a su mujer en este proceso tan mágico como es el ver crecer una vida.

Cuando los niños son pequeños, quizá sean más proclives a obedecer. Pero a medida de que crecen disminuye su deseo de seguir las normas de los padres y aumenta su deseo de independencia. Esto es normal y no es malo en sí mismo. ¡pero debemos educarlos bien para que al estar solos, sin nuestra supervisión, puedan tomar buenas decisiones que los protejan y no los perjudiquen. Para eso hay que inculcar valores.

Me gusta decir que cuando una mujer queda embarazada, ella y su pareja están embarazados porque es una cuestión de dos. Esto significa que la mujer experimentará en su cuerpo todos los cambios hasta llegar al día del parto, pero el hombre, como pareja, también queda embarazado, ya que él tendrá que apoyar a su pareja durante los nueve meses de gestación.